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Garzón decreta prisión provisional para los dieciseis jóvenes de Haika
En Soto del Real y Alcalá Meco
El juez Baltasar Garzón decretó la prisión provisional, incondicional y comunicada para los dieciséis jóvenes de Haika. Asier Tapia fue conducido al módulo de jóvenes de Alcalá Meco acusado de «integración en organización terrorista», «terrorismo con resultado de desórdenes públicos y daños por vía de inducción», y «amenazas terroristas». Arturo Villanueva, Ibon Meñika, Uraitz Elizaran, Igor Ortega, Garikoitz Etxebarria, Aiora Epelde, Patricio Jimbert, Arkaitz Rodríguez, Olatz Dañobeitia, Unai Beaskoetxea, Olatz Carro, Igor Suberbiola, Garazi Vitero, Mikel Ayllón e Igor Chillón ingresaron en Soto del Real acusados de «integración en organización terrorista».
En el texto, el magistrado reitera los argumentos que ya recogió en el auto de entrada y registro de los domicilios de los arrestados. Así, insiste en que «Jarrai-Haika forma parte de ETA» y «se encarga del desarrollo y ejecución» de la kale borroka, cuyas directrices y objetivos «son marcados por ETA».
Asimismo, reitera que los responsables de la actividad de Haika, que a su juicio puede ser constitutiva de delito, y de los gastos generados por la kale borroka son sus portavoces, quienes reciben una remuneración, los titulares de locales y cuentas bancarias y los miembros de sus órganos de dirección.
Garzón señala, además, que «ha quedado indiciariamente acreditada la inserción de Jarrai-Haika» en la estructura de ETA, aunque decidirá «en su momento» sobre su ilegalidad.
Garzón quiere incluir a Otegi en el proceso contra los militantes de Haika
El portavoz de EH será investigado por la Fiscalía de la Audiencia
Nacional a raíz del auto de Baltasar Garzón por el que encarceló
a los dieciséis militantes de Haika, en prisión incondicional
desde la madrugada de ayer. El juez afirma que la presencia de Arnaldo Otegi
en la rueda de prensa realizada el martes por la izquierda abertzale y los «ánimos»
que dio a los portavoces de Haika son indicios de una supuesta actuación
delictiva, en relación a posterires acciones de «kale borroka».
Durante la noche del sábado, mientras Baltasar Garzón ultimaba
su auto, en la Audiencia Nacional comenzaron a circular rumores sobre la posibilidad
de que el juez incluyera «una sorpresa». Aunque fuentes judiciales
apuntaron en un primer momento hacia la ilegalización de Haika, que parecía
muy probable a tenor de lo publicado días antes por algunos medios de
comunicación, hasta primera hora de la madrugada no saltó el nombre
de Arnaldo Otegi.
El portavoz de EH será investigado por la Fiscalía de la Audiencia Nacional a petición de Garzón, que no puede actuar directamente contra Otegi por su condición de aforado, ya que es parlamentario en la Cámara de Gasteiz, tal como indica el propio juez en su auto, al que tuvo acceso GARA.
El titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 considera que la presencia de Otegi y otros dirigentes de EH en la rueda de prensa que representantes de la izquierda abertzale realizaron en Donostia el pasado martes, horas después de la redada contra los militantes de Haika, es una circunstancia que «dota al acto de credibilidad, trascendencia y gravedad».
El juez afirma que esa comparecencia ante los medios de comunicación «desencadena de forma inmediata una serie de actos vandálicos» y, concretamente, hace referencia a una docena de acciones de kale borroka.
Conversación ante el hotel
La implicación de Otegi en este proceso judicial está ligada en el auto a la lectura por parte de Asier Tapia del comunicado que se hizo público el martes. Este joven, detenido el miércoles, es el único de los dieciséis que pasó ante Garzón en situación de incomunicación (sin un abogado de su confianza) y fue el último en hacerlo el sábado.
De la declaración tomada a Tapia, Garzón deduce que éste leyó en público el comunicado después de conocer el contenido del mismo «y asumirlo sin alteración», aunque «inicialmente no aceptó», y recuerda que dio lectura al texto en castellano, mientras que otra joven lo hizo en euskara y francés.
En el auto judicial se recoge que la única conversación que mantuvieron ese día Otegi y Tapia se produjo en el exterior del hotel donde se llevó a cabo la rueda de prensa, donde, según Garzón, el portavoz de EH «anima» al militante de Haika y «le da instrucciones de cómo tiene que comportarse ante las cámaras». A continuación, se incluye un extracto del comunicado, en el que se denunciaba la actuación contra Haika por parte, entre otros, del Gobierno español y Garzón, se señalaba que los jóvenes vascos «vamos a responder con todo nuestro enfado a los que quieren aniquilar y vender este pueblo», y se convocaban una serie de movilizaciones. Esa es la única referencia a «los hechos» en los que, según Garzón, participó directamente el portavoz de EH.
Gara (12.03.01.)
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