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Los dos jóvenes vascos detenidos en Benalmádena en libertad sin cargos tras ser torturados en la incomunicación de la Guardia Civil
La farsa que ha supuesto la reciente "desarticulación" del Comando Barcelona de ETA está dando para mucho. El gobierno ha atacado en una semana al movimiento de okupación en tres puntos distintos del estado español. La detención de varios okupas en Catalunya, el desalojo del Centro Social El Laboratorio en Madrid y el asalto policial al Gaztetxe de Gasteiz, en Euskadi, han estado rodeadas de la criminalización desde la prensa y el gobierno de este movimiento, y de relaciones directas o indirectas con el "Comando Barcelona" y el "entorno" de ETA. Además han sido detenidos varios ciudadanos vascos tras las mismas acusaciones. Estos testimonios de los dos jóvenes detenidos en Benalmádena en los últimos días son una muestra más del salto represivo que ha llevado a cabo el gobierno en este final de verano. Los movimientos sociales que luchan por una sociedad más justa deben continuar atentos mientras "siga abierta la operación de las fuerzas de seguridad", ya que, por lo que parece, todos somos del Comando Barcelona mientras no se demuestre lo contrario.
Izate Etxebarria, detenida en Benalmádena: «Estoy más tranquila, pero tengo el miedo metido en el cuerpo»
Izate Etxebarria fue detenida el lunes en Benalmádena junto a su compañero, Eneko Balantzategi. Ha pasado poco más de dos días incomunicada en manos de la Guardia Civil. Ahora, ya en casa, reconoce que está «más tranquila, pero tengo mucho miedo». Las amenazas de los efectivos militares y los malos tratos de que ha sido objeto han hecho mella en esta joven de Gasteiz.
Recuerda que el trato fue correcto mientras estuvieron en las dependencias de Málaga, pero que nada más llegar a Madrid «empezaron los interrogatorios, no me dejaron dormir ni sentarme y me obligaron a hacer flexiones continuamente».
«Me pusieron una capucha añade y me preguntaban por un montón de nombres concretos y también por cuestiones personales como dónde había trabajado, qué gente conozco, por dónde me muevo... y cada vez que contestaba algo que no les gustaba me gritaban y golpeaban».
Etxebarria comentó, nada más recuperar la libertad, que había sido golpeada en brazos y piernas. «Me pegaban sobre todo en la cabeza, pero también en el pecho y en los pies, aunque no tengo marcas. A mí señala no me hicieron ''la bolsa''».
«Los golpes eran constantes, cada vez que no respondes, cuando no contestas lo que ellos quieren oír, cuando no puedes seguir haciendo flexiones... continuamente».
Pero lo peor no fueron los golpes. Reconoce que «quizá lo peor fue cuando oí gritar a Eneko. Cuando eres consciente de que hay más gente a la que están golpeando, entonces estás peor, por los otros. Mi principal preocupación era Eneko».
Esa incertidumbre y esa impotencia «te hace estar todavía más nervioso, porque tu situación la conoces».
Han sido muchas horas sin dormir ni comer, pero ese nerviosismo y esa debilidad han tomado otros tintes cuando al ser puesta en libertad sus captores le amenazaron «diciéndome que volvería y que iban a estar muy pendientes de mí, que sabían lo que habíamos hecho los últimos meses».
Es muy clara cuando dice que la consecuencia de toda esta mala experiencia por la que ha pasado es «el miedo».
Ayer mismo, al quedar el libertad recuerda estaban en todas partes. No les ves la cara, pero el olor y otras sensaciones te dicen que están ahí, dispuestos a detenerte otra vez. Ahora concluye tengo el miedo metido en el cuerpo».
Eneko Balanzategi, detenido en Benalmádena: «No estoy bien y no puedo hablar todavía del trato que recibí»
Una detención y su posterior incomunicación a manos de la Guardia Civil es una experiencia que marca. Eneko Balantzategi sigue muy afectado después de haber pasado dos días y medio en manos de este cuerpo militar.
Detenido en el marco de la operación contra el «comando Barcelona» de ETA y contra la infraestructura de la organización armada en Catalunya, este joven de Gasteiz admite que «no estoy bien, no puedo hablar todavía del trato que recibí ni de los interrogatorios que me hicieron».
Cuenta que cuando fueron detenidos al salir del hotel San Fermín de Benalmádena y preguntar por el motivo del arresto le dijeron que «por pertenencia a ETA y a Izate su compañera le dijeron que por estar conmigo».
Admite que no puede hacer referencia al trato y a los interrogatorios, que según comentó su compañera fueron similares a los sufridos por ella, pero sí que al dejarle en libertad sin cargos, sobre la 01.30, «en el papel que leí ponía, más o menos, que quedaba en libertad porque no se habían encontrado pruebas de las acusaciones contra mí».
Solo en Madrid a esas horas de la madrugada, no tuvo más opción que tomar un taxi que le trasladó hasta su domicilio en Gasteiz, adonde llegó sobre las cinco de la madrugada.
Ahora le toca recuperarse de esa experiencia que le ha dejado, además de asustado, «muy cansado y con un terrible dolor de cabeza».
(Testimonios tomados de Gara)
Los ataques a los movimientos sociales con la excusa de formar parte de ese amplísimo y confuso concepto llamado "entorno de ETA" no son nuevos. El siguiente artículo describe la criminalización que tuvo lugar en octubre-noviembre pasados por causas parecidas a las que ahora se dan.
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