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Operación contra Haika: Achicar, aunque sea a cubos, el revoltoso mar vasco
Ayer escuché decir a Ramón Jáuregui que lo de menos es que de los 15 detenidos en la operación contra Haika luego se queden 4 en la cárcel.
Lo importante es apartar a los jóvenes de ese vivero, de esa cantera, ¿de ese nido de serpientes? Elija usted la expresión más conveniente.
¿El ex consejero de Justicia cree que habrá que aplicar la misma terapia a los 20.000 jóvenes que vieron nacer a la nueva organización en Kanbo? Andará mal de sitio, digo yo, a no ser que le alquile las Bardenas a Trillo y habilite un campo de concentración a cuya puerta cuelgue un letrero: «España os hará libres».
El consejero sacó luego el paño viejo del arcón y lo intentó vender como nuevo. Con la morriña, quizás, del coche oficial y la minuta generosa, elogió la etapa en que PNV y PSE gobernaron bajo el palio de la Constitución y el Estatuto. Pero no reveló el secreto mejor guardado: ¿Podría explicar por qué el conflicto sigue vigente tras aquella etapa de los GAL, el Pacto de Ajuria Enea y Atutxa en Interior?
Y si de escuela habla, ¿no debería asumir Jáuregui que fracasó el revolcón españolizante dado, vía Consejería de Educación, por su partido, durante su etapa con el PNV?
El ex consejero, como los ex cargos del PSOE que se pasean por los tribunales para explicarse por los GAL, tuvo lagunas de memoria. Pero no importa. En estos tiempos la política española se escribe con trazo gordo. Y lo mismo da 20 que 200.
Además, tiene razón Jáuregui, porque en el «a por ellos» no se puede andar con zarandajas. Si se admite la consigna de que «los de HB tienen que acostarse con la duda de si se levantarán en la misma cama», habrá que limar escrúpulos.
Aquí se trata de echar la red y todo vale cuando aprieta la perentoria necesidad de intentar achicar, aunque sea a cubos, el revoltoso mar vasco.
Son sistemas ya empleados, en ese periodo nazi-fascista, al que el PP alude en su discurso anti abertzale, olvidando el pasado y presente de don Manuel. En la larga noche de la dictadura latinoamericana desaparecían rojos y hasta poco colorados. Múltiples detenciones y diversidad cromática.
No descubro nada si apunto a los Jáuregui o Anasagasti que los regímenes marchitan por empacho de represión y los políticos por inanición de ideas. Cada cual es muy libre de echar sus cuentas.
Maite Ubiria
Kolectivo
La Haine
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