Dependencia de poderes... enfermedad incurable

x Jorge Chocarro Zoco - Preso político vasco (Prisión de Alcolea)

Por suerte todavía somos muchos los ciudadanos navarros que gozamos de una salud mental bastante aceptable, personas de bien, de izquierdas, abertzales e ilegales.

A decir verdad no me preocupa lo más mínimo que los sucesores del franquismo me declaren ilegal bajo la dependencia de poderes de una «républica bananera», incluso creo que es mejor, porque a raíz de este tipo de decisiones me siento inmune ante esta enfermedad incurable, la cual viene atacándonos desde hace muchos años. Quizás la familia Del Burgo todavía tenga que aclarar algo al respecto.

Decenas de miles de personas estamos más que seguros de que esta enfermedad incurable proviene de Madrid, y más concretamente de los distintos poderes que deben garantizar el cumplimiento de los derechos políticos y civiles en un «estado democrático» de Occidente.

No es necesario hacer un relato pormenorizado de todos aquellos acontecimientos que han ido degenerando en esta preocupante enfermedad, pero no estaría mal recordar de manera breve alguno de los síntomas que han dado pie a la actual situación. El primer síntoma del estado de deshecho data allá por la década de los 80, cuando el Gobierno español (entonces con el PSOE en el poder), diseña y lleva a la práctica una estrategia de guerra sucia eliminando físicamente a ciudadanos vascos de la forma más cruel y salvaje que haya conocido una «democracia encubierta». Paralelamente activan el plan ZEN (ocupación militar de Euskal Herria), dan vía libre a la política de dispersión contra los prisioneros políticos vascos y se aprueba la «Ley Corcuera», o sea, se democratizan las sesiones de tortura durante cinco días bajo el visto bueno de los diferentes poderes. Además con esta ley, se gesta la teoría de las tan de moda a día de hoy multas administrativas. Ya a mediados de los 90 el PP echa sus zarpas al Código Penal para reformarlo, con el único objetivo de aniquilar a la larga hasta el último vasco que ponga en tela de juicio el actual estado de deshecho. Se sienten enfermos todavía, pero piensan que de esta forma el antídoto será más eficaz; mientras tanto, la enfermad sigue degenerando. Ilegali- zaciones de movimientos políticos, sociales y culturales (conocido judicialmente como el 18/98) que traen consigo detenciones masivas, más ciudadanos vascos torturados hasta la saciedad, implantación de multas administrativas a mansalva por ejercer el dere- cho a reunión, manifestación o información, se instala la cadena perpetua para los prisioneros políticos vascos, montajes policiales escandalosos, y el reciente pucherazo electoral, entre otras muchas cuestiones.

En ningún país europeo que se autodenomine democrático los gobernantes adelantan públicamente las actuaciones judiciales que se llevarán a cabo a corto plazo, ni las sentencias, ni amparan la tortura... Pero todo esto ocurre en el único país de Europa que se dota de tribunales especiales al servicio de una estrategia represiva (y a la vez electoralista) perfectamente preparada por los distintos gobiernos que acceden al poder sucesivamente. Los mismos que no dudan en ningún momento en utilizar el terrorismo de estado (guerra sucia y aplicación de la tortura) para conseguir fines políticos, para hacer callar a todos aquellos vascos que no comulguen con el sistema. Por eso detienen a personas de una determinada ideología política, por eso nos torturan y por eso nos encarcelan.

El actual ministro español de Justicia ha pasado a ser el portavoz de los jueces, el ministro del Interior el que se querella contra los torturados... Está claro, hoy más que nunca, que la derecha española ha «legalizado la represión» mediante el poder judicial ilegalizando a los oprimidos.

Recuerdo que, tras el cierre de "Egunkaria", el parlamentario del PNV en la Comunidad Foral, el señor Urbiola, manifestó su preocupación al admitir que nos encontrábamos ante un GAL jurídico... Por una vez le doy la razón. Sinceramente, Sr. Urbiola, viendo día a día la trayectoria política de su partido en las otras tres provincias vascas del sur, creo que se ha desmelenado con estas declaraciones y una vez desmelenado lo único que le pido es que profundice al respecto para denunciar y comprometerse a erradicar la tortura, el macro sumario político ya citado y el reciente pucherazo, entre otras muchas cosas. Mire, señor Urbiola, aun siéndolo, yo no me considero una víctima de este «GAL jurídico». Simplemente soy uno de los muchos rehenes que tiene este estado fascista en sus cárceles por tener una determinada tendencia política. ¿Se acuerda de la época franquista? Pues eso: lo mismo o peor. Si se considera un navarro de bien, y si de verdad piensa que nos encontramos ante un «GAL jurídico», debería de hacer acto de presencia en la manifestación que este viernes recorrerá las calles de Iruñea (si es que no la ilegalizan, claro) bajo el lema «Errepresioari stop!». Usted también puede acudir, señora Errazti. En este tipo de manifestaciones, los «ultras» suelen ir armados y escoltando a las personas de bien, y no entremezcladas.

Podríamos estar hablando de todo esto largo y tendido. Nada de lo mencionado tiene desperdicio para el debate, pero es evidente y notorio que vivimos oprimidos bajo una enfermedad incurable, basada en la dependencia de los distintos poderes en un estado de deshecho, capaz de suprimir los derechos civiles y políticos de los ciudadanos vascos para continuar con su estrategia represiva.

Gara - 02/07/03

 
       

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