Principal España | País Vasco | Internacional Pensamiento autónomo Antimúsica |
Apuntes sobre el anarquismo y la violencia
Alan Macsimóin
Adaptado de A-infos
Traducido del inglés por Resistencia
Vencerá para La Haine
A medida que el anarquismo se vuelve más popular, aumentan los intentos de catalogarlo como "violento". Los periodistas encuentran más sencillo escribir historias sobre anarquistas que hablar con los anarquistas mismos.
En estos días no se escuchan cosas al estilo de "los anarquistas odian todo tipo de organización". Al fin y al cabo, eso les quitaria credibilidad, ya que es contradictorio acusar a los anarquistas de organizar protestas "anti-globalización" y al mismo tiempo decir que no tienen estructuras ni organización.
Además, en la TV, la radio y los periódicos hay una gran cantidad de desinformación que trata de convertir al anarquismo en un sinónimo de violencia. En realidad los anarquistas no son más violentos que cualquier persona. Somos, inclusive, por causa de nuestras ideas políticas, mucho menos violentos. Nuestro objetivo es un mundo mejor para todos los que viven en este planeta, y ese objetivo no puede ser impuesto por una minoría. Nadie puede ser forzado a unirse con sus compañeros de trabajo o sus vecinos para tomar el control sobre las deciciones que les afectan. Nadie puede ser obligado a ser libre. Nuestra batalla es una batalla de ideas.
Entonces, ¿por qué se vincula al anarquismo con "bandas terroristas"? Como en la mayor parte de los mitos, hay un grano de verdad.
Después de 1871 los trabajadores de París fueron derrotados. La clase dominante arrasó con las pocas libertades que había en muchos paises europeos usando una violencia descarada contra todo el que se opusiera al dominio de los ricos.
Una minoría de anarquistas comenzó entonces a responder a la violencia de los ricos. Por lo general eran actos individuales, por iniciativa propia, pero de todas maneras le dió la oportunidad a la clase dominante de vincular al anarquismo con una imagen de violencia.
En Inglaterra, la policía de Scotland Yard organizó una campaña de difamación contra el anarquismo, diciendo entre otras cosas que los anarquistas, a menudo "de origen extranjero" planeaban el uso de bombas y venenos para su "guerra a muerte en contra de la sociedad". Se suponia que estaban estudiando el uso de microbios para infectar las zonas más pobres del West End de Londres. Se decía que juntaban ropa de víctimas del cólera para llevarla a Inglaterra.
Por supuesto esto eran solamente tonterías, pero si uno repite una mentira la suficiente cantidad de veces la mayor parte de la gente cree que es cierto.
En todo el mundo, los anarquistas siempre han dicho que con ejércitos secretos y conspiraciones nunca conseguiremos los cambios que deseamos. Esas fuerzas armadas secretas nunca se procupan por las víctimas inocentes de sus guerras autodeclaradas, aunque dicen trabajar por la "causa del pueblo".
Nosotros entendemos que, en su desesperación, algunos grupos recurran a la violencia. Pero debemos decir que creemos que sólo matando jefes, poderosos o sus policías no terminaremos con el sistema capitalista. Todos ellos son remplazables.
El capitalismo sobrevive porque una mayoría cree que no existe alternativa. Necesitamos convencerlos de que la hay y de que tienen posibilidad de realizarla.
Solamente una clase obrera fuerte y políticamente despierta puede hacerlo. Cuando lleguemos a ese punto, es seguro que los que detentan el poder no lo van a abandonar sin presentar batalla. En la historia de la humanidad ninguna clase dominante ha abandonado el poder voluntariamente. Los logros de una sociedad nueva, basada en el acuerdo y la participación de sus integrantes debe ser defendida. Para hacer esto necesitaremos una organizacion democrática.
No sólo probablemente se necesite la violencia en algunas ocasiones para cambiar la sociedad. Pero es imprescindible también ganar a la mayoría de la gente para los objetivos anarquistas. Y con seguridad tendrá que usarse para defender la nueva sociedad de los ataques de sus ex-mandatarios y ex-jefes.
Este texto proviene de la versión impresa del periódico irlandés 'Workers Solidarity'.
Kolectivo
La Haine
|