|   | 
      | 
      
        
     | 
      | 
     
         
       
      
         
          |   | 
            
               “La violencia siempre ha sido una creación 
                del poder” 
               | 
         
       
      
         La violencia política, según Osvaldo Bayer 
        El programa semanal ¡Ni un paso atrás!, por FM La Tribu, 
          fue especial en su emisión del jueves 10 de octubre. En la mesa 
          de transmisión se encontraba presente el compañero, historiador, 
          periodista y escritor de novelas - en ese orden- Osvaldo Bayer. Con 
          voz humilde de hombre sabio, el invitado recorrió la historia 
          de las luchas populares del último siglo, desde los peones patagónicos 
          fusilados hasta los heroicos guerrilleros de las FARC. Sin rodeos justificó 
          la “violencia de abajo” y dio razón a la rebeldía 
          de los pueblos: “Toda la libertad que ha conseguido el hombre 
          se consiguió siempre con la lucha”, asintió. 
        Osvaldo, vos le has entrado por varios lados al tema de la violencia 
          política, tanto desde el rescate de figuras olvidadas por la 
          historia, que han optado por caminos violentos –pienso en el libro 
          sobre la vida de Severino Di Giovanni, pienso en la historia del joven 
          Arbolito entre otras- ¿De qué manera posible podemos empezar 
          a hablar sobre la violencia en el contexto de la realidad Argentina 
          de hoy? 
        Bueno, la violencia siempre ha sido una creación del poder. 
          Si ese poder mantuviera la dignidad de la gente, (porque creo que hay 
          que terminar con aquello de que democracia es elegir cada dos años 
          yendo a las urnas; la única democracia es cuando todos los habitantes 
          viven con dignidad y en libertad, por supuesto) entonces, cuando esto 
          no se cumple la gente reacciona. Es lo que se llama “la violencia 
          de abajo”, siempre, siempre. Eso es donde se equivocan los capitalistas, 
          los gobernantes o los militares: allí donde ejercen ellos violencia 
          va ha haber reacción de la gente de abajo. 
        El ejemplo más claro que hemos tenido en la historia es la muerte 
          del teniente coronel Varela; es decir Yrigoyen manda a Varela, éste 
          fusila a 1500 obreros patagónicos, y después no se hace 
          nada, se los fusila y nada más, en plena democracia. Interviene 
          sí el Congreso, quiere mandar una comisión investigadora, 
          pero el radicalismo se va del recinto, la justicia no interviene, no 
          se da por aludida, aunque tiene que intervenir porque los hechos salieron 
          en los diarios. Tampoco interviene el poder político, se silencia 
          todo. Y es un hecho de una violencia inusitada, creyeron que nadie se 
          iba a enterar porque los fusilamientos se hicieron allá…, 
          en la Patagonia, lejano. 
        Entonces qué pasó: los anarquistas optaron por el derecho 
          de matar al tirano. Es decir, aquella vieja discusión de los 
          filósofos griegos, donde cuando realmente no hay justicia y cuando 
          se tiene realmente una tiranía, el pueblo tiene derecho de tomar 
          justicia por su propia mano. 
        Es así como el anarquista alemán Wilkens lo espera al 
          teniente coronel Varela muy cerca del Cuartel 1º de Infantería 
          y primero le tira la bomba, que desde siempre fue el símbolo 
          de la protesta popular, y después le tira 6 tiros. 
        Claro, entonces todos dijeron: ¡qué barbaridad! ¡qué 
          violencia!, porque lo mataron al teniente coronel, lo hubieran tal vez 
          juzgado, mejor... Y bueno, pero lo que pasa es que realmente allí 
          el gobierno de Yrigoyen se comportó como una tiranía, 
          porque no juzgó a nadie, y los muertos, muertos están. 
          Jamás se puso y ni siquiera se hicieron tumbas para esos gauchos 
          que fueron enterrados en verdaderos pozos, todos juntos. 
        La iglesia no hizo nada, guardó silencio, jamás fue a 
          poner una cruz de palo, que es lo que le correspondía, no, guardaron 
          silencio, todo el mundo guardó silencio. 
        Es decir que el grito de protesta “la violencia de abajo” 
          se sintió a través de ese hecho de venganza, absolutamente 
          comprensible, porque cuando realmente se cometen crímenes masivos 
          y se deja todo tal cual y se esconde la cosa, los perseguidos tienen 
          derecho a tomar, a hacer justicia por su propia mano, esto es una cosa 
          absolutamente natural. 
        Se me ocurre que el tema de la violencia sirve y mucho a las clases 
          poderosas, para satanizar a los luchadores. Y el tema de la violencia 
          está siempre latente, presente todos los días, tal vez 
          hoy más que nunca, con respecto a pocos años atrás. 
          Hoy estaba mirando cuando los piqueteros venían a la capital, 
          para acompañar a las Madres en su marcha de todos los jueves, 
          y la policía –impunemente- la misma policía que 
          mató a dos compañeros de ellos en la estación de 
          tren Avellaneda, los revisaba, los palpaba de armas, quería revisarles 
          sus bolsos -cosa que finalmente lo hicieron-, como si fueran a un estadio 
          de fútbol, como si fueran bestias, como si no estuvieran haciendo 
          algo que corresponde, que es manifestarse, protestar por su situación. 
          Hoy escuché también en la Plaza a un compañero 
          que respecto de esto decía, "nuestra mejor arma, y la única 
          que tenemos es la organización, y eso no lo pueden quebrar". 
          Pero, justamente, los poderosos utilizan como mito esto de la violencia, 
          como sinónimo de muerte y de que no construye, para satanizar 
          a todo el movimiento popular. Las Madres lo han sufrido muchas veces 
          por sus posiciones... 
        Y claro, evidentemente. Los policías son mercenarios que pegan 
          por dinero, pero realmente el verdadero culpable de esa represión 
          de hoy es el señor Duhalde, porque ellos saben muy bien lo que 
          pasa. Y bueno, ya vendrá la reacción: después se 
          quejan. 
        Y claro, como muy bien decís vos, después satanizan la 
          fuerza de la gente de debajo de protestar, diciendo “a mí 
          no me van a tomar por tonto”. Es toda gente sin trabajo en su 
          mayoría, ¡qué quieren que haga, que se encierren 
          en sus casas y se pongan a llorar! Lo más natural es que salgan 
          a la protesta y es un derecho absolutamente democrático esto 
          de salir a la calle a protestar. 
        Estoy seguro que alguno habrá reaccionado con un palazo contra 
          alguien, pero esa es la reacción, son los nervios cuando viene 
          la represión policial, si no se desarrolla marchando por las 
          calles al grito de coros, de cánticos, y cuando la situación 
          resulta que es imposible, cuando, a pesar de las manifestaciones de 
          protesta no se da un paso adelante en solucionarles los problemas, entonces 
          empiezan las piedras contra las vidrieras, y empezará la violencia, 
          cada vez a ser más fuerte, porque realmente son el gobierno, 
          las autoridades, el poder económico, los que ejercen esa violencia, 
          no dándoles a los habitantes lo que les corresponde. 
        Por supuesto, ellos tienen sus aliados. El señor Haddad y sus 
          adláteres ya deben haber hecho tres o cuatro comentarios acerca 
          de que los piqueteros son violentos, y “quién estará 
          detrás, quién sabe qué ideología estará 
          detrás”, cuando la única ideología es la 
          falta de trabajo, la falta de pan, la falta de toda tranquilidad. No 
          hay jubilaciones para los viejos, o es en todo caso una miseria. Cómo 
          quieren que la gente no reaccione. 
        Yo aplaudo esas reacciones, esas marchas, porque se ve que nuestro 
          pueblo tiene una fuerza increíble de no aceptar la injusticia. 
          Que es una forma de ejercitar la democracia y estos señores que 
          nos dominan, la mafia que nos domina, no son absolutamente nada demócratas. 
          Ellos se creen que porque fueron elegidos a través de manejos 
          en el Senado de la Nación, que el señor Duhalde es un 
          tipo legal con todo el poder constitucional, y esto no es así: 
          ha sido un arreglo entre el peronismo y el radicalismo, ha sido un arreglo 
          entre el señor Alfonsín y el señor Duhalde. 
        Bueno, siempre es lo mismo, siempre repiten lo mismo, no tienen otra 
          forma de reaccionar que la fuerza de la policía cada vez más 
          violenta. 
        Quería agregar que hay un intento de constituir un statu 
          quo, que esa demonización de la violencia congele, asuste, que 
          no se pueda hacer nada. Y en este hecho participan también intelectuales, 
          que polemizan al respecto, acusando a la gente de violenta y demás... 
        Sí, esos que dicen –principalmente obispos, pero también 
          Ernesto Sábato-: “Yo estoy contra toda violencia”. 
          ¡Eso es muy cómodo! ¡Quién no está 
          contra toda violencia! Nadie quiere la violencia. La crea el sistema 
          a la violencia. 
        A mí me da esta sensación –no sé lo 
          que vos pensás-, de que sólo podrían decir “estoy 
          contra toda violencia” los pacifistas que creen que la violencia 
          es mala absolutamente en todos los aspectos, pero una sociedad como 
          ésta, que tiene la policía que tiene, el ejercito que 
          tiene, esta justicia.... 
        Bueno, los pacifistas ejercen una violencia suave, porque hacen marchas, 
          obligan a la gente a pensar, a salir del statu quo, a salir del miedo, 
          a salir del temor, se es pacifista realmente cuando se está con 
          los pobres, cuando se está con los que sufren; y claro, no están 
          con los tiros, creen que con los tiros no se arregla nada, y tal vez 
          tengan razón porque siempre gana el que tiene más tiros 
          que siempre es el que tiene el poder, el militar, esos “poderes 
          mercenarios”, como los calificó el Che Guevara: “Todos 
          los que llevan uniforme son mercenarios”, y tenía razón, 
          siempre están al servicio del sistema. 
        Osvaldo, y ya que mencionás al Che, en ocasión de 
          cumplirse un nuevo aniversario de su asesinato hubo muchos recordatorios. 
          Pienso ahora en el que le hizo el diario “Página 12”, 
          que sacó un suplemento especial, donde vos también escribiste. 
          Entiendo que hay un intento también desde la intelectualidad, 
          de satanizar la violencia equiparándola al terrorismo. ¿Pensás 
          que este intento, teniendo en cuenta el momento particular de la Argentina, 
          procura decir que la figura del Che o el camino emprendido por el Che, 
          no es el camino correcto para encauzar o para dominar la rebelión 
          que está en curso? 
        Bueno, las épocas cambian, evidentemente eran otras épocas 
          aquellas, las del Che. Pero toda la libertad que ha conseguido el hombre 
          se consiguió siempre con la lucha; es decir, la independencia 
          de ser colonia de España y todo lo demás, se consiguió 
          con armas, con cañones, no eran angelitos; entonces, aquellos 
          que dicen “estoy contra toda violencia” y todo lo demás, 
          bueno, en que época viviríamos. Es decir, muy bien lo 
          dice Bakunin: “el espontaneísmo de las masas”. La 
          gente aguanta, aguanta siempre porque tiene esa no-virtud de aguantar 
          todas las injusticias, pero de pronto uno del pueblo tira una piedra, 
          rompe un vidrio, y detrás de él salen un millón 
          de personas, explota... El espontaneísmo de las masas... Bueno, 
          ¿es violencia eso, o es usar los métodos a que les da 
          derecho la vida para terminar con las injusticias? Bueno, es el método 
          que empleó la Revolución cubana, es el método que 
          empleó la guerrilla con el Che, que trató de liberar a 
          los pueblos a través de eso, y si vemos Cuba –a pesar de 
          que tiene defectos y no somos nosotros quiénes para criticarlos, 
          porque no hemos hecho ninguna revolución-, pero cuando Cuba era 
          siempre un pueblo donde había muertos y heridos por reacciones 
          contra esa dictaduras espantosas que tuvieron, acuérdense de 
          Batista que ejercía un poder de policía contra la gente 
          que se levantaba. Hoy podemos decir que los cubanos comen, que van a 
          la escuela, que tienen medicina muy superior a la nuestra. A mí 
          me gustaría que se hubiera hecho en absoluta libertad todo eso, 
          pero ya te digo: si uno hubiera hecho una revolución en libertad, 
          podría reprocharle a Cuba, pero no la hemos hecho, así 
          que vemos ese camino que ha tomado Cuba y que le ha dado resultados, 
          además el orgullo de no ser más una colonia, fue la última 
          de EE.UU. Ahora es un país con orgullo. 
        Hay una discusión bastante fuerte en todo el mundo alrededor 
          del tema del poder. Hace poco vino John Holloway, un intelectual que 
          asesora al Movimiento Zapatista, que escribió un libro que se 
          titula precisamente, “Cambiar el mundo sin tomar el poder”. 
          ¿Pensás que atrás de esta discusión está 
          también esta discusión de la violencia como camino para 
          tomar el poder y desde ahí hacer cambios? 
        Bueno, son búsquedas ¿no? De entre esas búsquedas 
          la del Zapatismo es muy interesante, o lo que está pasando en 
          la Argentina también es muy interesante, es un fenómeno 
          admirable, es decir, he recorrido casi todas las asambleas populares, 
          no solamente de Buenos Aires, sino también del interior del país, 
          y a mí me resulta sorprendente. En mis cortos o largos 75 años 
          yo no vi una cosa así en la Argentina; la democracia de base 
          discutiendo las cosas, tratando ellos mismos ahora de solucionar los 
          problemas que el señor Duhalde, el radicalismo y el peronismo 
          no solucionaron jamás. Cuando uno ve esos comedores infantiles 
          para dar de comer a los chicos, porque muchas asambleas han comprendido 
          que los chicos muchas veces van a la escuela sin desayunar. Y fíjense 
          ustedes qué sentido de la humanidad, de la solidaridad, la gente 
          del pueblo está solucionando esos problemas, que –como 
          digo- ninguno de esos partidos que nos han gobernado los 84 años 
          de democracia ha sabido responder. 
        Y todo sin ninguna violencia, pese a que el señor Haddad dice 
          que se han ocupado edificios, es decir: la típica mentalidad 
          fascista criminal que enseguida al que quiere hacer algo, al que quiere 
          con su propio esfuerzo tratar de solucionar los problemas, enseguida 
          es un subversivo; y que son además los que tienen el poder de 
          los grandes medios de comunicación. Y todo ese movimiento de 
          la ocupación de fábricas, que han puesto en funcionamiento 
          los obreros en forma admirable, así como también las búsquedas 
          de los estudiantes en solucionar sus problemas. Hay que ver las instalaciones 
          universitarias: se caen todas, y son los estudiantes que están 
          ocupando esos lugares, quienes los están refaccionando. Por ejemplo 
          en Rosario, han tomado el bar, porque era imposible, estaba siendo explotado 
          por un señor que los explotaba. Ellos hicieron una cooperativa, 
          tomaron el bar y quieren seguir adelante. Por supuesto, enseguida la 
          justicia burguesa dice: “El sentido de la propiedad”, y 
          hay muchos profesores universitarios -esto es una cosa absolutamente 
          vergonzante- que se dan vuelta, no pasan ya por allí, para que 
          no los comprometa. 
        Escuchemos ahora lo que dice Monseñor Jaime de Nevares en 
          un fragmento tomado de la película “Monseñor Jaime 
          de Nevares: último viaje”, de Marcelo Céspedes y 
          Carmen Guarini. 
        
          “En cuanto a los que han desaparecido, ha sido muy duro convencerse, 
            y más para los padres y madres, que estaban desaparecidos físicamente 
            para siempre. Es para los padres un horror enterarse a partir de los 
            sobrevivientes el trato que han recibido sus hijos, las hijas peor 
            que los hijos, lo que han pasado en manos de esos..., el fin de ellos 
            en manos de esos esbirros y verdugos, que visten uniforme desgraciadamente. 
          ”Ellos también han sido idealistas; puede discutirse 
            el método, pero es fácil discutirlo cuando se está 
            cómodamente arrellanado en un sillón, pero cuando se 
            lucha por la justicia y se encuentra con un muro, como impenetrable, 
            entonces es natural que se piense que la única manera de trasponer 
            ese muro, de levantar esa lápida de bronce que oprime, es con 
            la violencia, es natural. 
          ”No digo que al ser natural es justificable, pero si es explicable. 
            Y a veces no sé si no es justificable: vencer una violencia 
            de guante blanco con una violencia más sincera y más 
            abierta. 
          ”Yo sé que estas palabras pueden parecer o suscitar 
            mucha resistencia y oposición, pero yo creo –yo no la 
            he pasado-, pero si los que así reaccionaron recibieran el 
            trato en el trabajo, la desocupación, y en su rancho o en su 
            pocilga donde vive con sus hijos, arracimados, sin una esperanza de 
            mejoramiento porque no hay por donde salir, si eso no es, si esas 
            personas vivieran un poco, a lo mejor un mes o dos en esas condiciones, 
            sigo creyendo que no pensarían.... no como una experiencia, 
            sino como convencidos, no estarían al cabo de dos o tres meses... 
            Esto no tiene arreglo si no nos arremangamos y nos ponemos todos juntos 
            a voltear estas estructuras que nos ahogan. 
          ”Yo creo que cambiarían mucho de pensar, los puristas 
            que desde un escritorio buscan y determinan cómo deben ser 
            las cosas, pero, es en la cancha donde se ven los pingos, dicen. 
         
        Esta era la voz del fallecido don Jaime, por ahí si no lo 
          decíamos, si nadie le reconocía la voz, si nadie se daba 
          cuenta que era un hombre de la iglesia… Cuesta escuchar palabras 
          así, en un hombre de la iglesia, en un Obispo, hubo incluso ejemplos 
          de curas que trocaron la sotana por el fusil; pienso en Camilo Torres, 
          y a lo largo de esta América hubo más ejemplos. ¿Qué 
          pensás, Osvaldo, que puede pasar por la cabeza de alguien de 
          la iglesia con una formación del seminario, para decir palabras 
          como las que escuchamos? 
        Lo que pasa es que De Nevares siempre fue un hombre honesto, él 
          interpreta el verdadero mensaje de Cristo, y no el señor Papa 
          que tenemos actualmente, quien acaba de canonizar nada menos que a un 
          ultra fascista como Escrivá, que buscaba todo el asunto del dinero 
          y que financió siempre a la derecha. En cambio, De Nevares desde 
          su humilde lugar de Neuquén siempre enseñó que 
          había que luchar por la justicia, y ese era el mandato de Jesucristo. 
          El salía delante de todos pese a que últimamente estaba 
          muy enfermo, pero realmente siempre iniciaba las manifestaciones, si 
          viviera, ahora estaría iniciando las manifestaciones con los 
          piqueteros. Qué diría el señor Hadad para la derecha, 
          qué diría, un hombre absolutamente contra la violencia, 
          pero lo dijo claramente: cuando se produce, cuando a la gente se la 
          incita a la violencia, cuando se siente perseguida, indignada y humillada... 
        Yo fui muy amigo de De Nevares, tengo muchas anécdotas... si 
          quieren les cuento una, que habla de lo que da origen a los luchadores. 
        Sí, claro 
        Una vez me dijo Jaime: “Osvaldo, a mi me sorprende que en tus 
          escritos hacés manifestaciones muy cristianas…”-, 
          y yo le dije: “Eso se debe a que concurrí a la doctrina 
          católica en una iglesia de Belgrano, y me tocaron dos señoritas, 
          una de 80 y otra de 83 años, que casualmente tenían tu 
          apellido, De Nevares, que me enseñaron la teoría socialcristiana; 
          bien, es decir, que había que luchar contra la humillación. 
          Cuál era el verdadero mandato de Cristo: la igualdad de todos. 
          Fue maravilloso escuchar en los años treinta a dos mujeres que 
          ya hablaban el verdadero idioma de Cristo”. Entonces, él 
          me mira y me dice: “Esas señoritas eran mis tías, 
          si yo llegué a cura es por lo que me enseñaron ellas, 
          y si llegué a Obispo, fue por seguir sus enseñanzas”. 
          Y nos reíamos, porque uno salió anarquista y el otro Obispo, 
          con las mismas maestras. ¡Y bueno, cómo se unen las teorías 
          políticas, el pensamiento humano, la filosofía, los caminos 
          hacia la liberación del hombre! 
        Bueno, yo creo que es una de las mejores pruebas de que nos podemos 
          unir a muchos obispos que han dado todo su esfuerzo y que han estado 
          siempre con los obreros y no con estos señores gordos que vemos 
          ahí, que lo único que hacen es acompañar a la gente 
          a la virgen de Luján, al sagrario de la virgen, o los que hacen 
          las grandes procesiones hacia ese santo que da trabajo, que dicen que 
          da trabajo, en vez de alentar a esa gente y llevarla a la Plaza de Mayo, 
          y pedirle al señor Duhalde que les dé trabajo. 
        Quería preguntarte cuál sería la actitud del 
          señor Anders, que había sido pacifista durante toda su 
          vida en Alemania y que creo que a los 80 años de edad, llegó 
          a la conclusión de que siendo pacifista no podía cambiar 
          esa situación. El se refería básicamente al ataque 
          a la ecología, a ese tipo de violencia. 
        Sí, Gunther Anders, un gran pensador. Hay muchos grandes pensadores 
          que realmente apoyan todas las reacciones. Es decir, cuál es 
          la historia de la humanidad: la revolución francesa fue un gran 
          paso en la historia del hombre, en la lucha del hombre por la justicia, 
          y cómo se consiguió: saliendo a la calle y luchando. Se 
          tuvieron que conseguir con las armas y con la lucha. Y cómo consiguió 
          el obrero las ocho horas de trabajo, esa cosa absolutamente digna, ¿quién 
          puede estar contra las ocho horas de trabajo? Sin embargo empezó 
          cuando la justicia de EE.UU. ahorcó a los 5 anarquistas alemanes 
          creadores del movimiento por las ocho horas de trabajo. Fíjense 
          qué principio: cuando ellos decían en el documento que 
          hicieron en 1887: “Queremos las 8 horas de trabajo, no para trabajar 
          menos, sino para tener algo de la vida, gozar un poco de la cultura, 
          8 horas también para leer, para jugar con nuestros niños, 
          para el amor con nuestras mujeres”. Fíjense qué 
          forma tan humanística, honesta, poética de decir las cosas. 
          Bueno, y quién se opuso a las 8 horas: hasta la iglesia se opuso. 
          Acá hay comunicados de la iglesia en donde dicen: “¡Por 
          favor, no juntarse con los anarquistas que piden una cosa tan inverosímil 
          como las 8 horas de trabajo!” ¡La Iglesia! Yo he publicado 
          en mi libro “La Patagonia Rebelde” todos esos comunicados. 
        La brutalidad con que fue reprimida la Semana Trágica en tiempos 
          de Yrigoyen, que costó por lo menos 600 obreros muertos que fueron 
          reprimidos por el ejército y la policía. ¿Qué 
          buscaban esos obreros?: las 8 horas de trabajo, eran los metalúrgicos, 
          en el año 19 pedían las 8 horas, fueron reprimidos de 
          la forma más brutal. Y eso está en la historia, junto 
          a la Patagonia y La Forestal. Bueno, tres días después 
          Yrigoyen otorgó las 8 horas de trabajo, digo ¿no se podía 
          haber resuelto conversando, dialogando con los obreros? ¿Por 
          qué se les metió bala? Porque empezaron los de la fábrica 
          metalúrgica Vasena metiéndoles balas desde adentro a los 
          obreros que pasaban manifestando por las 8 horas. Bueno, fueron esas 
          grandes manifestaciones obreras que terminaron casi siempre a balazo 
          limpio, reprimidas por la policía, las que consiguieron los grandes 
          adelantos de nuestra clase trabajadora, que ahora se ha ido perdiendo 
          todo. Esto de las ocho horas se cumple cada vez en menos establecimientos. 
          Fíjense lo que hacen las empresas de comidas norteamericanas, 
          esa gente joven está trabajando doce horas por día, y 
          en algunos de estos lugares trabajan los 7 días de la semana. 
          ¿Por qué? Porque se ha ido eliminando con la represión 
          a ese gran movimiento obrero que teníamos. 
        Hay algo que suelde decir Hebe de Bonafini sobre las FARC, la lucha 
          de la guerrilla colombiana. Ella siempre dice: cómo les pueden 
          decir que son terroristas, que son violentos, si ellos, que están 
          peleando allí, en la selva, hace tantos años, que hasta 
          andan descalzos, que no ven a sus familias, que viven perseguidos, que 
          viven en las montañas, todo lo hacen todo por amor a su pueblo, 
          para darle libertad, para vivir mejor, para que haya libertad, para 
          que haya justicia. 
        Ahí el único terrorista es el ejército Colombiano 
          y toda la corrupción de los sucesivos gobiernos colombianos, 
          la droga y todo eso. Ahora resulta que la culpa de todo la tienen las 
          FARC, que como bien decís vos, lucha por la dignidad de su pueblo. 
          Y ahora Colombia ha pasado a ser una colonia de EE.UU. con todos esos 
          convenios que se han hecho últimamente. 
        Entrevista realizada por Luis Iramain, Oscar Palacios y Demetrio 
          Iramain, en el programa radial "Ni un paso atras", de las 
          Madres de Plaza de Mayo, Argentina 
          | 
      |