CULTIVAR Nuestra sociedad parece guiarse por una hipocresia esencial. Salvando ballenas pero sobrepescando los bancos de peces, plantando arboles pero consumiendo cada dia toneladas de papel, proponiendo eco-compras sin discutir la logica del hiper-consumo. Contra esta ezquizofrenia, la permacultura aporta un enfoque holístico que permite diseñar sistemas realmente sostenibles. Inspirada por la propia naturaleza, la permacultura tiende a imitar su capacidad de permanencia cerrando y conectando los ciclos del agua, la materia, la energia. Inspirados por este enfoque en CMD construimos sistemas "semicerrados": La reapertura de la mina de agua y la rehabilitación del antiguo sistema de riego proveen el agua que después de usarse termina otra vez en la tierra a partir de un sistema biológico de depuración de aguas grises. Para lograr autonomía y descentralización energética implementamos sistemas de energia solar para llegar a dejar de piratear la corriente eléctrica, que es de origen nuclear o térmico. Compost y letrinas secas convierten lo comido en abono para lo que se va a comer. Estos sistemas tienden a la autosuficiencia, pero el conjunto del proyecto ni es ni quiere ser autosuficiente. No todas las plantas crecen en cualquier tierra, como no todas las ideas crecen en cualquier lugar: CMD está entre el monte y la ciudad, y esta es su característica esencial. Tender a un diseño permacultural en este emplazamiento significa interactuar también con los ciclos de la ciudad, lo cual multiplica las posibilidades y complica las elecciones. Por ejemplo, no toda la comida es de autoproducción, su orígen se encuentra a partes iguales en 1\ huertos, frutales y gallinas 2\ recicle en el mercado y recicle en los containers 3\ compra en establecimientos de venta a granel, a ser posible ecológico. Otros ejemplos: los materiales se reciclan, compran o 'expropian' esencialmente en la ciudad. Trueque y reuso se nutren de los residuos generados por la sobreproducción industrial y la opulencia del sistema. Visitas a los Puntos Verdes, contenedores de obra, almacenes de desechos de comercios y empresas son usuales. De hecho, hasta el propio enraizamiento en el barrio parte de un concepto permacultural de las relaciones humanas, que prioriza los intercambios a escala local, las distancias a pie, la interdependencia horizontal. El barrio es el ultimo espacio humano en la ciudad-monstruo y nuestros pasos van dirigidos a incrementar el contrapoder en este ecosistema urbano. Ciudad y campo se encuentran geografica e idealmente en CMD. Y en esta ubicación desarrollamos una relación de amor y odio con la ciudad. De ella sacamos contactos y materiales, pero de ella huimos. Colectivamente, no actuamos en contra de la civilización desde lo que sería una prespectiva anarcoprimitivista, pero si desarrollamos una praxis anti-desarrollista que prioriza los ciclos que no incluyen el dinero y los materiales 'exóticos' en su circulación. Y esto es tangible en muchas infraestructuras de la casa hechas por nosotros mismos: bicilavadora, sauna, piscina-balsa, horno solar, cabañas, sistema solar térmico para agua caliente. Y sobretodo, en un cuestionamiento de las necesidades y en el intento de satisfacerlas de la manera más sencilla posible. El proyecto de Huertos Comunitarios es una plasmación, comestible, de las sinergias que buscamos con el barrio. Con la única condición de practicar la agroecologia*, parcelas de vecinos conviven con los huertos de la casa, creando un vergel a diez minutos del metro. Los huertos se extienden por mas de una hectarea de terreno y hay lista de espera para crear nuevas parcelas. Ahí trabajan juntos iaios con gente de otras casa okupadas, familias del barrio y estudiantes. Todos labrando el huerto, el asamblearismo y nuevas relaciones comunitarias. Cultivarse parte de la dieta es una de las concreciones más saludables en la recuperación del control sobre nuestras vidas. El huerto además, contiene muchas enseñanzas. Por ejemplo, el caos fertil de las asociaciones de cultivos emula el caos de la asociacion de habilidades entre los miembros de la comunidad. Y no solo tiene el valor del do-it-your-self para muchos vecinos y otros complices, sinó que convierte la naturaleza, habitual objeto de consumo pasivo para los urbanitas en fuga, en algo de lo que se participa, contempla y disfruta activamente. Además, muchos iaios que no están ya para huertos, vienen a diario a sentarse horas y a comentar la jugada. Antes había una valla, ahora hay unos bancos a la sombra de un tilo gigante y a la par de la balsa rehabilitada. Estos huertos forman parte de una recuperación-preservación mas amplia, la de Collserola, amenazada por todo tipo de mordiscos urbanísticos. Nuestro grano de arena en esta lucha es el desarrollo de un Punto de Información Alternativa sobre el Parque de Collserola (ver Emergències num.4), destinado a informar a los paseantes sobre los valores ecologicos del parque y las amenazas que sobre él existen, como el Tunel de Horta, y generando todo tipo de actividades de conocimiento y protección del entorno. De paso, le damos la vuelta a la propuesta que el Ayuntamiento se sacó de la chistera durante el desalojo fallido, acerca de un punto de información -‘Puerta de Collserola’- que supuestamente planeaban ubicar en CMD. Y hablando de proyectos especulativos, recordar que la okupación ha abierto una caja de pandora en el valle de Sant Genís. La Fundación Hospital de Sant Pau, codirigida por el Ajuntament, la Generalitat y el Bisbat, propietaria legal del inmueble y responsable de su abandono por medio siglo, tenía el futuro más que diseñado para la finca. Hace unos años, y ante el incumplimiento por parte de la Generalitat del compromiso de financiación de las obras de ampliación del Hº de Sant Pau, la Fundación entregó la finca a las dos constructoras encargadas de las obras de ampliación como aval por la finalización de estas. El negocio era y es, privatizar el area para la creación, entre otras cosas, de una residencia privada de lujo para médicos jubilados. Desgraciadamente para ellos, la caja se ha destapado y hay una barricada en su camino. La resistencia al intento de desalojo en mayo del 2002, durante tres días de represión policial y apoyo popular a la gente que se colgó de sus fachadas, consolidó sus cimientos. HABITAR La revolución tiene que poder habitarse. CMD trata de ‘habitarla’
coordinando varias parcelas de vida independiente a partir de una vivienda
comun y un objetivo compartido. Nuestra diversidad se plasma en 30 personas,
de activistas que ya chochean a gente que antes de venir no sabía
ni lo que era una rasta. Y un abanico de edades -de menos de veinte a
más de cuarenta- de afinidades, de historias personales, de habilidades,
de intereses, de orígenes y hasta de problemas legales. Como no
creemos que el voluntarismo y la informalidad ‘buen rollito’
basten para armonizar este puzzle, fijamos objetivos claros y las reglas
que de ellos se derivan, aunque con flexibilidad: Equilibrio numérico
entre hombres y mujeres. Niveles minimos de implicacion en el proyecto
para sus habitantes. Distribucion de responsabilidades. Rotación
de responsabilidades. Asambleas ordinarias o extraordinarias sobre todo
tipo de temas comunes. Desarrollo de técnicas de facilitación
y de acceso democrático a la información. Control del número
y actitudes de huéspedes y visitantes. En fin, tanto en la comunidad como en el centro social, de lo que se trata es de caminar hacía varios equilibrios. Analizemos más a fondo algunos de ellos. Entendiendo el equilibrio, secreto de toda receta, como una armonía entre tendencias no excluyentes entre sí. Equilibrio entre formalizacion y espontaneidad Hasta donde llegan los planes? Hasta donde llegan los ramalazos? Uno de los mayores trabajos que se ha hecho en CMD, la recuperacion de la balsa, nunca se propuso en ninguna asamblea. Sirva como metáfora de lo que al principio alguien llamó ‘anarcofluidez’, concepto que hacía apología de un alto grado de autonomía individual para tomar todo tipo de iniciativas, tratando de desplazar la asamblea como unico espacio de toma de decisiones. De hecho, es cierto que la asamblea puede revelarse como espacio de prácticas autoritarias, de demagogias democratistas y conformismo organizativo. Y sobretodo, como espacio de verborreas que no terminan por concretarse en nada. La iniciativa tangible y material, al contrario, es tremendamente visible, da animos y mejora a corto plazo las condiciones del proyecto. Construyéndolo de manera caotica pero fluida, sin imposiciones ni perdidas de tiempo. La ‘anarcofluidez’ combate también los inmobilismos del purismo y recoge las carecteristicas de los nuevos movimientos sociales: El pensamiento en red, la revolución entendida como un proceso, la toma de control sobre nuestras vidas, el rechazo al maximalismo dogmático, la estrategia del archipiélago, la democracia directa y el rechazo de los programas rígidos como momificadores de los espacios de revuelta. Porque como decía un compañero, hace falta flexibilidad mental para salirse de los esquemas organizativos centralizados (aunque sean asambleas) y participar en procesos caóticos en el mejor sentido de la palabra: caos creativo y autoregulado sin control central, como la conexiones de las neuronas en el cerebro o los diseños de los fractales. Pero este nuevo roussenianismo tenía sus limites: ni todo el mundo trabaja lo mismo, ni todas las responsabilidades son agradables, ni todos los proyectos tienen la misma prioridad. Hacía falta mayor planificacion centralizada tanto como hacía falta seguir con ese caos fluido cargado de energía. Por eso hablamos de equilibrio. Ni tanto ni tan poco. CMD siempre se ha coordinado a través de asambleas, a veces muchas, pero insertadas en una dinámica de descentralizacion y autonomia entre sus miembros y sus proyectos. Asambleas que ademas de espacio de coordinación son un ritual de cohesión, aunque a veces también un infierno de exasperacion. Para minimizar las exasperaciones, especialmente entre los amantes de la funcionalidad, se ha tratado de enlazar al máximo posible el ritmo del proyecto -tangible- con el desarrollo de la asamblea -conceptual-. Sobra decir que, si encontramos en ella el equilibrio entre visión de conjunto y operatividad concreta, la asamblea se ha ganado su rol de catalizador de los deseos colectivos. En cualquier caso, puede que las dinámicas organizativas de CMD acaben formalizandose con mayor claridad. Por ahora lo mas formalizado que existe son asambleas semanales fuertemente pragmaticas y facilitadas, auxiliadas por toda una bateria de medidas que buscan maximizar su horizontalidad pero también su eficacia, siempre en marcos de consenso y no de mayorias. Para combatir la tirania de la ausencia de estructura, y su traducción en 'quemes', delegaciones y alienaciones, recurrimos a varias técnicas dentro y fuera de las asambleas: Murales. Presentaciones. Signos manuales. Grupos de trabajo con mucha autonomía. Listas. Rondas emocionales. Y por supuesto, facilitación rotativa. El facilitador de cada asamblea es un catalizador de la inteligencia colectiva y un domador de los impulsos provocadores de situaciones injustas o espirales improductivas. Desde hacer callar al que interrumpe a otro -sin manias- hasta funciones mas complejas como la de detectar y proponer consensos en las discusiones. Equilibrio entre cohesion y diversidad. Vivimos un proceso de desarraigo y desposesion que nos deja inermes, confusos, solos. CMD es tambien un proyecto contra la soledad urbana. El capital sueña desde sus orígenes con un mundo sin gente, o al menos con no mas entidad que la de ‘recursos humanos’, con todas sus relaciones mediatizadas por el dinero. Ante su lógica oponemos cooperación y desprivatización de los espacios, para intercambiar cariño y habilidades a diestro y siniestro. Crear esas condiciones significa abrir mucho el proyecto. Apertura que tiene un costo y una riqueza, ya que no es una actitud pasiva sinó una apuesta activa. La paradoja se da cuando esta lucha contra las soledades urbanas, provoca soledades al interno de la comunidad debido al exceso de volatización provocado por la apertura. La cohesión de la comunidad es la clave para crear un sentido familiar, un lugar donde nadie se sienta solo. Pero la diversidad de encuentros lo mantiene vivo y despierto. La cohesion aumenta cerrando puertas. La heterogeneidad abriéndolas. Por supuesto, una vez mas, se trata de encontrar el equilibrio. Saliendose de sistemas complejos, sencillez contra consumismo. En nuestra sociedad perdemos toda relación con el orígen de lo que comemos, de lo que nos abriga y de los que nos cobija. Sabemos como pedir un préstamo para comprar una casa, pero no como construirla. Pero cuando empezamos a tomar responsabilidad por nuestras necesidades, optamos por soluciones mas simples y localizadas en el medio en el que estamos. Los sistemas complejos, como el del coche (que se provee de materiales diseminados por todo el planeta y en el que todo tiene que ser comprado) van siendo substituidos por otros mas sencillos, como el de la bicicleta (impulsada por nuestras piernas y reparable por nuestras manos). Y no solo buscamos formas alternativas de satisfacer nuestras necesidades, sinó que además nos replanteamos el sentido, calidad cantidad y en definitiva necesidad de, valga la redundancia, dichas necesidades. Viviendo entre tanta sobreproducción banal, esta no es solo una necesidad economica, sinó también cultural, paisajística y espiritual ¿Esto significa proclamar una moral de la austeridad contra una moral del placer? Para nada. En realidad ciertas formas de austeridad son un placer (como no tener que ver la tele) y muchos placeres pierden el sentido ante un uso banal, pasivo y, por supuesto, pagado. Por una crítica del trabajo y la especialización.
Pero sin garrote, como va a funcionar una lógica alternativa? Que actitudes vienen asociadas a la toma de control sobre nuestras vidas? Apuntemos al menos dos, aunque hay muchas mas. Por un lado insistimos en co-responsabilizarse: porque un control colectivo del espacio y el tiempo (y la capacidad no-alienada de ejercerlo) conlleva una responsabilidad individual. Por otro lado, desestructurándonos. Sirva como ejemplo la diferencia entre el tigre domestico y el tigre salvaje: en este último los circuitos neuronales están mucho mas abiertos, lo que le permite ser mucho mas creativo y flexible ante situaciones inesperadas. Y sin especialización, donde queda la eficacia? No estamos en contra de la especialización en si misma, sinó de los niveles a los que ha llegado en nuestras sociedades industriales hipercomplejas. Creemos en especializaciones que vengan acompañadas (y atemperadas) por un gran nivel de intercambio de habilidades y enseñanzas. Pero ademas, frente a la lògica capitalista de los resultados, nosotros ponemos énfasis en el proceso; un buen proceso garantiza el mejor resultado, especialmente si consideramos que el éxito no comprende solo la rentabilidad económica sinó también la satisfacción de los participantes, su aprendizaje y la creación de lazos entre ellos. Equilibrio entre crear conflicto y vivir en paz. Dicen que la lucha de clases ya se acabó, pero la democracía de mercado sigue necesitando que el norte explote al sur, que el desarrollo explote al planeta y que los misiles exploten en Iraq. Aunque la mona se vista de seda, y por muy compleja que se ponga, mona se queda: no solo pervive la explotación, sinó que además ahora hay que competir para ser explotado. Ante eso, los grupos antagonistas intentamos quedarnos tan al márgen como podemos de esas lógicas y tratamos de hacerlas implosionar. Las dos cosas a la vez, porque 'sin justicia no hay paz' y porque el biocapitalismo lo pringa todo, también los espacios al márgen. En CMD, esto se traduce en una proyección pública que persigue encontrar la 'paz' de una vida alternativa a sabiendas de que esto pasa por luchar por la 'justicia'. Y por hacerlo al mismo tiempo a nivel local y global, a nivel personal y colectivo, a nivel rural y urbano. De los equilibrios en la cuerda floja para vivir en la sociedad pero rechazando al sistema. De cómo resistir sin caer en resistencialismos. De cómo ser radicales sin ser sectarios. De cómo luchar por reformas no-reformistas. De cómo construir una contracultura que hable con otras culturas. De cómo preservar una identidad sin cavar las zanjas del gueto. No queremos modificar la agenda del poder, sino su propia substancia. Nuestra política no dispone de un programa de reformas graduales, pretende cambiar las cosas de raiz. Pero no por ello es numantina. Cuando hablamos de anticapitalismo le añadimos acapitalismo porque nos gustan mas las palabras que empiezan por auto- que las que empiezan por anti-. Aunque por supuesto son complementarias. Hay que recordar mil veces en el tan distorsionado debate publico, que no desobedecemos por desobedecer, sinó porque la obediencia empieza por la conciencia, y la conciencia por la desobediencia. Es decir, porque creemos en la autogestión de la responsabilidad como parte de la libertad en su sentido mas profundo. Muchas veces el peligro es que los ambientes radicales, especialmente el okupa, se conviertan en sub-culturas urbanas aparentemente cargadas de conflictividad pero en la práctica asimiladas por el festival post-moderno de las tribus urbanas. Cuando esta banalización y marginalización de lo contestatario se refuerza con nuestras propias actitudes autoreferenciales alrededor de una mística de la resistencia, se contribuye desde nosotras mismas a caricaturizar la resistencia real. Uno de los mejores ejemplos es la epica del combate militante-policia, que tiende a magnificar arbitrariamente este frente de resistencia entre muchos otros. Otro ejemplo es el de las jergas, a menudo pensadas para comunicarse con el igual, no con los distintos (tomese como ejemplo este articulo). Y la lista puede continuar con la especialización activista, la endogamia, el auto-consumo, el purismo, el yo-estoy-mas-a-la-izquierda-que-tu. Practicas todas ellas que fortalecen, no exactamente el gueto, pero si un magma de guetos. Si el mayor terreno de conflicto hoy en día es el de la comunicación, la gran pregunta es ¿Con quien y como estamos hablando? En CMD tratamos de romper algunas de esas dinámicas metiéndonos a hacer cosas tan aparentemente poco políticas como montar carrozas para la cavalgata de reyes o comparsas para el carnaval, reivindicando así que no somos de otro planeta y que nuestra contracultura también se alimenta de lo popular, de lo antiguo, de lo que en ningún caso somos vanguardia. Para nosotras la colaboración con la panadera, con el Ateneo de 9 Barris o con les Dones del Turó de la Peira, han sido elementos básicos para romper con el gueto alternativo-juvenil. Y es que de echo, siempre hay puntos de enlace con el protoanarquismo de la gente, especialmente en los barrios obreros. Nuestro ideal tiene su dentro, su fuera y su contra. Dentro del barrio, fuera del sistema y en contra del capitalismo. Por ello buscamos un equilibrio entre la creación de una alternativa tangible y la lucha por preservar lo existente (como los espacios naturales), mejorar las condiciones en las que vivimos (como las reivindicaciones laborales de los trabajadores del Hospital de Sant Pau) y subvertir de raiz lo injusto (como la destrucción de la propiedad privada a través de la okupación). Definitivamente no somos nihilistas, sinó parte subversiva de la sociedad. Contra el gueto social y la cooptación* política. A partes iguales. Equilibrio entre ideal y realidad. Por una locura con los
pies en el suelo. No somos como las comunas setenteras, no vamos tan lejos, quizás porque hoy hasta la utopia es práctica. Ni renunciamos a las relaciones de pareja en nombre de la liberación sexual ni renunciamos a los ahorros personales para meterlo todo en un pote común. Los experimentos funcionan cuando se generan organicamente, no cuando vienen forzados por ideales. Lo que tenga que llegar, llegará. Este pragmatismo se aplica a cosas totalmente dispares, desde el dinero a las relaciones con los medios de comunicación. Aprovechamos para decir que con los medios tenemos una relación controvertida, aunque seguimos en ello porque en general ha dado resultados positivos. Y es que, ya que de todos modos van a hablar de nosotros, porque no meterle baza? La opinión pública, terreno hipermediatizado tiranizado por el consenso, se debe ignorar o se debe convertir en terreno de disensos? Tenemos que estar siempre a la defensiva con los medios o basta con ser precabidos? Se puede hasta jugar un poco con ellos? Es difícil responder a estas preguntas. Nosotros hemos apostado por una relación fluida en busqueda de una 'visibilidad en positivo'. Se trata de una estrategia de defensa de la casa que va mas alla del siempre noticiable momento del desalojo, con el fin de reducir los niveles de impunidad mediático-policial (si sales en el periódico, existes para ellos). Y contarle a gente muy ajena a nuestras historietas, aún a traves del prisma deformante de los mass-media, que no todo es aborregamiento en los prados del señor. Aún así, no nos hacemos ilusiones sobredimensionadas, porque es bien sabido que los medios de comunicación son a la democracia lo que la cachiporra a la dictadura. Por eso, nuestra estrategia comunicativa sin calculos ni matizes, la que mas nos curramos, es la de los medios alternativos, ya sea con el boca a boca en actividades, ya sea editando nuestros propios materiales, ya se participando en espacios comunes. En fin, no todo son rosas. Está claro que el equilibrio, la acrobacia, es un ejercicio que pasa por el intento, la caída y el volverse a levantar. Por el medio habrá rasguños, euforías, sorpresas o frustraciones. Al respeto, el juez de instrucción aseveraba que ‘el derecho a la vida es mas importante que el derecho a la propiedad’. Pero ¿de que vida estamos hablando? ¿de que propiedad? ¿de que derecho? Colectivo de escritores post-zapatistas - echoscontradecorianos - neo-cools *El concepto agroecología, asimilable al de "cultura ecológica", engloba cuestiones de caracter social, politico, filosofico, etico asi como productivo, en un enfoque holistico que caracteriza una determinada cosmovision . Quede clara la diferencia entre éste y el concepto de agricultura ecologica, haciendo este ultimo referencia tan solo a cuestiones técnicas relacionadas con el modo de producción agrícola. *Co-optar viene del término inglés co-opting.
Se usa para mostrar la apropiación por parte del poder de movimientos,
discursos o espacios a través de la manipulación y el vaciado
de sentido de dinámicas. |
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