A pesar de las tremendas victorias que hemos tenido en los últimos años, varias manifestaciones anarquistas han sido reventadas recientemente por una minoría chillona que desea imponer los permisos legales, los recorridos, los "guardianes de la paz" [que se dedican a abuchear a los activistas encapuchados], los espacios de acción, y otros sin sentidos, convirtiendo nuestra rabia y creatividad en un ordenado espetáculo mediático, o peor aún, en una serie de arrestos en masa. Las constantes e hipócritas llamadas a la "solidaridad" y "protección" de los demás, han convertido nuestra resistencia en un ejercicio de control organizado de las masas.

Pero no siempre ha sido así...

Hace unos años la RAND escribió: "Los anarquistas (en Seattle, 1999) usan medios de comunicación extremadamente modernos, incluyendo el uso de internet, siendo capaces de ejecutar acciones simultáneas, coordinando técnicas de enjambre a través de la red y combinando gupos de afinidad. Pronto se convirtió en un ejemplo de los retos a los que se enfrentan las organizaciones jerárquicas al confrontar con adversarios que tienen ciclos de reacción más rápidos. Esta forma organizativa, que combina la organización en la red con otras tácticas diversas y descentralizadas, frustró los esfuerzos de la policía por conocer esta situación y así controlar los disturbios de Seattle, aparentemente caóticos."

RAND concluye que es muy poco lo que pueden hacer los grupos jerárquicamente organizados como la policía para luchar contra estrategias tan caóticas. Además, pone de relieve que grupos como los nuestros facilitan la rápida evolución de tácticas, y proporcionan mejores oportunidades de acción que las manifestaciones tradicionales.

Tenían miedo y tenían razones para tenerlo: estábamos ganando, y afortunadamente aún podemos hacerlo.

No ganamos nada volviendo a las estrategias de hace 10 años, las controladas y aburridas manifestaciones de izquierda con sus itinerarios, líderes, portavoces y representantes. Necesitamos acciones creativas, descentralizadas, y, sobre todo, caóticas. Una táctica utilizada en Seattle y en otros lugares que se sirve del caos, se ha llamado "batimiento" ("pulsing"). El "batimiento" es la capacidad de grupos de gente para realizar una acción juntos, dispersarse, y volver a unirse en nuevos grupos. Aunque es similar a la táctica guerrillera de "absorción", hay entre ellas una importante diferencia.

La idea del Ché de la "absorción" se refiere a cuando "se ataca al enemigo por un periodo de tiempo y después se aborta el ataque, siendo absorbidos los guerrilleros por la comunidad o el entorno" de donde proceden. El "batimiento" es un constante flujo de gente uniéndose, disgregándose y reuniéndose otra vez, combinándose de modo distinto. El modo más efectivo de llevar a cabo esta táctica es a través de pequeños grupos autónomos descentralizados que han de tomar la decisión acerca de con qué otros grupos interactuarán.

La RAND apunta que el "batimiento" dificulta mucho el control de la masa porque mantiene el reordenamiento de los grupos e impide a la policía el seguimiento de patrones para neutralizarlos. Esta imprevisibilidad es la piedra angular de la teoría del caos. Un ejemplo biológico de la teoría del caos es la bacteria. Podría decirse que las bacterias funcionan a su vez por "batimiento", creando constantemente patrones distintos de conexión. Planc escribió: "sus patrones son orgánicos y resultan de asimilar las características del entorno. El batimiento y constante cambio de la densidad de las bacterias convierten su sistema organizativo en algo muy duradero y adaptable".

La táctica del "emjambre" ("swarming") es otro modo de introducir el caos en nuestras acciones. "Enjambre" significa atacar a través de pequeños grupos varios objetivos simultáneamente sin seguir un patrón preestablecido. Llevado a cabo de modo descentralizado, el "enjambre" frustra los intentos de las fuerzas del orden para proteger objetivos y minar nuestras intenciones. Se ven forzadas a reaccionar de modo opuesto al que desean, que pasa por controlar la "agenda de protestas". El único modo efectivo para nosotros de trabajar con miles de personas en las calles es organizarlas en grupos descentralizados. El trabajo descentralizado y las acciones llevadas a cabo por canales de afinidad permiten que los esfuerzos de pequeños grupos sean mejor aprovechados; los grupos escogerán las acciones que se correspondan con sus intereses y habilidades.

Durante las manifestaciones, las organizaciones jerárquicas resultan rápidamente afectadas en su sistema nervioso central cuando el caos causa impulsos impredecibles en la masa. Los anarquistas pueden hacer uso de estas brechas abiertas por los grupos descentralizados, dándonos mayor ventaja frente a una lenta reacción de grupos jerárquicos tales como la policía.

La combinación de las tácticas del "batimiento" y el "enjambre" aporta elementos cruciales para nuestras manifestaciones: las reacciones de la policía son más lentas, dando oportunidades a los grupos descentralizados para llevar a cabo acciones que nunca habrían planeado, tales como encontrar abierta una entrada del hotel donde los delegados del FMI se alojan, etc... El caos también permite que las pequeñas acciones se multipliquen y expandan. Pequeños cambios iniciales provocarán profundos cambios posteriores, al igual que el ligero batir de las alas de una mariposa en Argentina puede causar un huracán en Nueva York.

No somos robots, no somos un cúmulo de organizadores, somos un enjambre de mariposas creativas y libres batiendo sus alas. Estamos luchando por nuestras vidas y bailamos para ser libres.