Principal España | País Vasco | Internacional Pensamiento autónomo Antimúsica |
Prensa y negociación
Alizia Stürtze, publicado en GARA el 4 de septiembre del 2000
Si fueran ciertas perogrulladas reduccionistas como que la política es el arte de lo posible y los políticos el paradigma del pragmatismo y la capacidad negociadora, deberían convenir conmigo en que Aznar y Mayor Oreja son unos pésimos profesionales que, desde su ciega intransigencia de fascistas liberales (así llama el subcomandante Marcos a Aznar), han mostrado una probada incapacidad de aprovechar el favorable paso político dado por ETA y de gestionar su larga tregua de acuerdo con los intereses de la mayoría española. Como declaraba Bernardo Atxaga en el libro de Ch. Rioux "Voyage à l''intérieur des petites nations", publicado en el primer trimestre de este año, el abandono de las armas por parte de ETA podría ser terminante, «si Madrid n''est pas complétement stupide». Creo que sobra la traducción y que la conclusión es también evidente: de momento al menos, ha triunfado ese sector económico y político al que no interesa la paz y al que alude Arzalluz en el libro arriba comentado; sector que necesita mantener a toda costa ese mal sueño de la Una y Grande que nunca existió, como paraguas para mantener su estatus y sus intereses.
Ante la nueva escalada armada de ETA, la prensa extranjera que ha caído en mis manos comparte opinión: Madrid se ha encerrado en un inmovilismo erróneo y sin salida. Así, por ejemplo, el centralista "Le Monde Diplomatique", tras mostrarse crítico hacia la postura negativa y de presión sobre ETA del PP durante la tregua y después de argüir que un Estado democrático no puede criminalizar al 15% de la población vasca (la izquierda abertzale), se pregunta cuándo va a sentarse a negociar con los dirigentes de ETA puesto que «la paz sólo se hace con los enemigos». La revista "Time", representativa de un importante sector económico-político norteamericano dice que el principio de que «la democracia no debe ceder nunca ante la violencia» puede quedar muy aparente, pero cada vez son más los españoles que preferirían una práctica política más «realista».
No cabe duda de que el discurso mediático español «converge espontáneamente» hacia la legitimación de la línea represiva emprendida por el Ministerio del Interior con la ayuda inestimable del aparato judicial. Pero eso no quiere decir que ese discurso único no esté en realidad enmascarando una realidad mucho más compleja y contradictoria en la que cada vez son mayores los sectores que opinan que la respuesta represiva y policial de la Moncloa (nada política) está abocada además de a generar mayor sufrimiento, al fracaso final. ¿Serán capaces de comprender esto esos sectores españolistas del PNV, tan próximos al PP, que están conduciendo a su partido y a Euskal Herria a un camino sin salida?
Kolectivo
La Haine
|