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Sección de Alizia Stürtze
OTAN, bodas de oro y sangre
Alizia Stürtze, publicado en GARA el 27 de marzo de 1999

Washington celebra el próximo mes de abril las bodas de oro (y sangre) de la OTAN, ese organismo creado supuestamente por los "pobrecitos" poderes occidentales para "la defensa colectiva contra la agresión" y al que Euskal Herria, mostrando su progresismo colectivo, dijo rotundamente NO. Y sabía muy bien por qué. Como lo sigue sabiendo ahora que, encima, no tiene razón ninguna de existir como estructura de la Guerra Fría para hacer frente al diabólico enemigo soviético, puesto que, al quedarse sin enemigo, se ha quedado sin la función para la que fue supuestamente creada.

El problema es que, lo mismo antes con el cuento del "peligro ruso", que ahora con la nueva historieta que se han inventado de necesidad de "defender la democracia, los derechos del hombre y la paz ahí donde éstos se conculquen", la OTAN es una estructura militar ofensiva ­la maquinaria de guerra más potente del mundo­, totalmente controlada por EEUU e ideada para imponer los intereses geoestratégicos y económicos del imperialismo y de las grandes multinacionales. Ahí están los datos: el año pasado, la OTAN organizó maniobras militares en Kenia, Uganda y Tanzania, países desde los que quieren meter en cintura al riquísimo Congo; EEUU quiere establecer bases militares en Azerbaiján, por sus riquezas en petróleo y gas natural y para cortar a Rusia la salida al Mediterráneo; prosiguen los bombardeos y el cruel embargo, el fríamente calculado genocidio contra la población iraquí, que ha causado ya 1.700.000 víctimas; y ahora, mientras arman hasta los dientes a los generales fascistas turcos para que masacren al pueblo kurdo, bombardean Kosovo y Serbia contra Yugoslavia con la excusa de "salvar a un pueblo en peligro y permitirle autodeterminarse en libertad", y meten de paso a Europa en un gravísimo conflicto que el propio Kissinger desaconsejaba a Clinton porque "no tiene estrategia de salida... y se aumenta la posibilidad de una escalada militar".

La pregunta es: ¿tiene todo esto algo que ver con amenazas exteriores a las democracias occidentales o con angelicales preocupaciones humanitarias o el derecho de los pueblos a autodeterminarse? Está claro que no y que esta expansión militarista de la OTAN de la post-guerra fría en todas las regiones estratégicas del planeta está en directa relación con la recolonización imperialista y el deseo occidental de controlar todos los recursos, riquezas y zonas económica y estratégicamente importantes y, de paso, poner en su sitio a todo aquel pueblo que se resista y no se pliegue a sus intereses (el PKK, por ejemplo). Sin olvidar, además, que ahora, como en los albores de las dos sangrientas guerras mundiales, subyace una lucha interimperialista entre las grandes potencias por mantener o conseguir la hegemonía.

El baboso de Solana, ese secretario general de la OTAN que no hizo la mili y que, curiosamente, ocupaba allá por mayo del 68 algún puestillo en la Trilateral, nos anunciaba, no sólo el ataque contra Yugoslavia, sino la idea que tiene el bwana Clinton de seguir adelante con su "humanitaria" tarea ahí donde se tercie y de "aprovechar la experiencia adquirida en Bosnia como modelo para futuras intervenciones militares" (¿por qué no Rusia?).

La Alianza Atlántica, en sus 50 años de gloriosa existencia, ha causado 20 millones de víctimas de guerra y, por lo que se ve, tiene idea de seguir mejorando su violento historial. Combatamos sus planes y, muy especialmente en este momento de tremenda debilidad ideológica, destapemos y denunciemos con pruebas y sin descanso la cruel expoliación, sangre y muerte que se oculta tras esa retórica nauseabunda del humanitarismo, la democracia y la paz.

Y, por lo que respecta al preocupante inicio de la ofensiva contra Yugoslavia, enriquezcamos nuestro análisis con hipótesis como las siguientes: 1) en Kosovo, EEUU no está protegiendo a nadie contra los "malos" sino llevando adelante una peligrosísima estrategia de expansión con la que es probable que pretenda debilitar a Europa como potencia imperialista; 2) la cosa no se va acabar con esa guerra virtual televisada que aparentemente no nos afecta, y entra dentro de lo muy posible que, al final, para "controlar Yugoslavia", haya que enviar tropas de a pie a que se enfrenten a una población con un fuerte espíritu de resistencia que le permitió expulsar a los nazis; 3) los yankis no están, claro, por la labor de meterse en un nuevo Vietnam, pero sí seguramente por la de meter a Europa Occidental en la bronca para hacer así doblete: fortalecer su estrategia expansiva, preparándose para otras agresiones y debilitar de paso al imperialismo europeo.

La realidad nunca ha sido ni es, como en los cuentos, una historia de buenos y malos.

¿Todas estas intervenciones de la OTAN tienen algo que ver con amenazas exteriores a las democracias occidentales o con angelicales preocupaciones humanitarias o el derecho de los pueblos a autodeterminarse? Está claro que no.

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