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La autodeterminación se ejerce
Alizia Stürtze, publicado en Gara el 5 de marzo'01
Mientras Ibarretxe nos confunde con sus ¡sí a la vida!, y demás
vacuos artificios, la Ertzaintza retoma su competición con la Guardia
Civil y, fiel al «estilo clásico» de la Benemérita,
monta su show/redada fascista en Ordizia, encañona a una madre, derriba
puertas a mazazos, traslada a urgencias a un detenido incomunicado, lanza al
comedero mediático gravísimas acusaciones falsas contra personas
bien definidas y permite escandalosas filtraciones de supuestos atentados que
redundan en favor del grupo Correo y reciben el inmediato apoyo solidario de
PNV/EA/IU/ELA.
PNV/EA intentan convencernos de que han negociado «in extremis»
un mefistofélico pacto electoral de «soberanía». Lo
único que buscan es seguir en el Gobierno, sólo que ahora, y a
cuenta del coco de la reconquista española, intentando barrer para casa
unos miles de votos abertzales nuevos, que luego utilizarán según
les salgan las cuentas: montándoselo con IU; rebajándose hasta
límites desconocidos ante su aliado histórico, el PSOE, a quien
hacen guiños descarados; manteniendo, por si acaso, un débil nexo
de unión con EH, la única fuerza política que está
construyendo efectivamente la soberanía, a través de Udalbiltza
y de otros organismos populares.
Egibar renuncia «por pragmatismo» a la soberanía, «barones»
jeltzales sin nombre recomiendan el pacto PNV-PSOE, se margina y demoniza a
EH con las excusas más peregrinas, se vota en ayuntamientos en contra
de ayudas nada políticas (en el sentido estricto, claro) al euskara,
se dice que el enemigo a batir y sin el cual todo es posible es ETA, cuando
Aznar nos marca con contundencia un nulo margen de juego, afirmando que no va
a permitir que Euskal Herria sea otra cosa que España; y cuando Redondo
Terreros declara que no hay que tener reticencias a colaborar con el PP, con
el mismo lamentable argumento que empleó la socialdemocracia alemana
para colaborar con Hitler contra la izquierda revolucionaria.
El PNV sabe que agoniza el Estatuto. Sin embargo, sus intereses le impiden descolgarse
y emprender una vía real de soberanía. Ahora es el momento de
exigirle que explicite a cambio de qué pide el voto y en torno a qué
programa de construcción nacional. Y que diga con qué quinielas
postelectorales juega y a cambio de qué. ¿A cambio, quizá,
de cederle la Lehendakaritza, la Ertzaintza, ETB/cultura y educación,
como pretende Redondo Terreros?
PNV/EA nos muestran, que con la inclusión del derecho de autodeterminación
en su acuerdo, nos la quieren meter doblada. Dado que un derecho no se pide
sino que se ejerce, no se entiende que boicoteen un órgano como Udalbiltza,
de auténtico ejercicio de la autodeterminación y de construcción
de la soberanía.
Kolectivo
La Haine
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