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Democracia vs. totalitarismo
Alizia Stürtze
Esa idea, tan de moda entre los progres, de oponer democracia a totalitarismo,
"sea de izquierdas o de derechas", cumple en la práctica una
función básica: hacer creer al personal que el fascismo es la
negación de la democracia parlamentaria y de la sociedad pluralista en
la que todos los grupos sociales tienen la posibilidad de defender sus propios
intereses, ocultándole así que democracia burguesa y fascismo
representan en el fondo la misma cosa (Siemens, Krupp y el "mecenas"
Thyssen eran miembros del Alto Comité Económico nazi y utilizaron
hasta la muerte por extenuación mano de obra abundante de los campos
de concentración de Auschwitz o de Buchenwald).
Ni en democracia (en época de crisis sobre todo) ni bajo el fascismo
pintan los trabajadores nada a la hora de decidir sobre el empleo o el ritmo
de trabajo, el salario o los despidos, ni los votantes demócratas tienen
poder alguno de decisión sobre los temas realmente importantes para el
gran capital. Es el gran capital quien decide el rumbo económico básico
y lo pone en marcha. Hoy en día, el pacto social no es sino una norma
impuesta a los diferentes gobiernos europeos en nombre de los acuerdos de Maastricht
y que éstos deben poner forzosamente en práctica, aún teniendo
en contra a la mayoría de la población, sirviéndose para
ello de leyes marco, de sus plenos poderes, o de lo que sea, cuando se considere
necesario.
El pluralismo en la democracia burguesa es pura ilusión ya que todos
los partidos que se turnan en el poder obedecen a los mismos amos y reparten
las tortas a los mismos de siempre. Todos los disidentes estamos fichados y
me gustaría saber cuándo se hizo limpia de franquistas y de torturadores
convictos en los aparatos del estado. En períodos de crisis como el actual,
la diferencia entre democracia burguesa y fascismo se diluye en la práctica.
Con el apoyo de partidos y sindicatos, se van suprimiendo todos los derechos
sociales, económicos y democráticos adquiridos por los trabajadores
tras largos años de lucha. Sólo que lo hacen con el consentimiento
de gran parte de las clases oprimidas que se creen, ilusoriamente, representadas
por el partido al que votan, basándose en sus componentes sociales (obreros,
clases bajas, medias . . .) y no en sus actos, es decir, en su política
real y prctica de defensa clarísima y decidida del gran capital.
En el Estado español fué el PSOE quien abrió al PP el camino
para las medidas represivas y propagandísticas de masas de claro tinte
fascista que está tomando parte contra toda forma de disidencia. Al PSOE
le debemos el trabajo sucio de ocultar a las masas españolas que el enemigo
es el gran capital y que existe una cohesión total entre fascismo y capitalismo.
Al PSOE y a IU les cabe el honor de haber despejado nuevamente el campo al fascismo
económico con su política antisocial y procapitalista, y su capitulación
total ante el discurso unidimensional del PP, ocultando algo tan grave como
que la democracia burguesa jamás va a constituir un muro de contención
del fascismo porque es precisamente en su interior en donde éste nace
y se desarrolla.
Kolectivo
La Haine
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