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Si esto no fuera un fascismo
x Alizia Stürtze
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Si esto que intenta coartar nuestro desarrollo
creativo como pueblo y como clase trabajadora no fuera una forma de
fascismo, neofranquismo, o «democracia orgánica»
como la de Franco a quien tanto gustaban los estados de excepción;
si esto no fuera lo que para desgracia de Euskal Herria es, y fuera,
como nos dicen, una democracia de las chipén, los jóvenes
no sentirían la necesidad de arriesgarse a la tortura, la cárcel
o la muerte para poder (sobre)vivir; y el PNV, loco por quedar bien
con el amo, no se enfadaría cuando le acusan de colaborador de
un sistema nazifascista; y, de paso también, mostraría
menos urgencia a la hora de castigar a la izquierda abertzale por todos
los nuevos «delitos» que va pergeñando Madrid como
esos últimos de «enaltecimiento del terrorismo» o
de prohibición de manifestación.
Si esto que padece Euskal Herria, como si de los jinetes del apocalipsis
se tratara fuera, como aseguran, la encarnación de la libertad,
entonces los medios no ocultarían los preocupantes informes de
Amnistía Internacional sobre lo que ocurre en el Estado español,
contrastarían las informaciones/desinformaciones sobre torturas
que ofrecen ambos «bandos» y pondrían en tela de
juicio la querella por «injurias» a la Guardia Civil contra
unos concejales de Donostia que conocen de primera mano la realidad
de los jóvenes recientemente torturados.
Si este monstruo de mil patas es, como nos venden, «el Estado
democrático», entonces no necesitaría de una policía
y una vigilancia en aumento, ni de una clase «intelectual»
tan corrupta e impresentable como la franquista, ni de una homogeneización
fascista de los mensajes mediáticos, ni de ocultar la realidad
que palpitaba bajo la inmensa manifestación del día 14,
ni de montar «desembarcos espontáneos» de España
en Euskal Herria, como ése de «200.000 exiliados»
dirigido por Savater, que recuerda, a las concentraciones franquistas
de autobús y bocata pagados, y a la invasión francesa
de 1823 llamada de los «100.000 hijos de San Luis» que pactó
el impresentable Fernando VII con la reacción europea para recuperar
sus prerrogativas de rey absoluto. Si lo que pretenden es nuestro bien,
no actuarían como esos padres o maridos que apalean a sus hijos
o a su esposa para conducirles por el camino recto, sino que emplearían
otros métodos pedagógicos que no fuera el castigo puro
y duro.
La libertad, la democracia, la autodeterminación, el trabajo
no alienante... no son abstracciones sino derechos que se ejercen. Dentro
de la ley, cuanto ésta los permite, y por encima de la ley, cuando
ésta los coarta. Por eso precisamente son derechos, diga lo que
diga el PNV.
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