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¿Exquisitos de cloaca?
x Alizia Stürtze - Historiadora
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Si no estuviéramos inmersos en un ambiente
preelectoral en el que PP/PNV parecen pretender no sólo repetir
la jugada de «que viene el lobo» del 13-5-02, sino mejorarla,
ilegalizando e intentando desactivar al máximo y con el mínimo
coste todo el potencial independentista de la izquierda abertzale; si
no estuviéramos en esta coyuntura tan especial, digo, pensaría
que el cierre de "Egunkaria" y la aplicación de la
incomunicación=tortura a sus dirigentes, valientemente denunciada
por Martxelo Otamendi, le han pillado al PNV de Ibarretxe con las vergüenzas
al aire, al dejarle públicamente claro que no basta con excederse
en el papel de cipayo servil de Madrid para librarse de su zarpazo:
el reverdecido ultranacionalismo español es quien marca los límites
del cada vez más amplio «espectro de ETA», acortando
a su conveniencia la correa con la que tiene bien atado en su caseta
a su perro guardián vascongado.
El 19 de febrero, justo un día antes de que la Guardia Civil
iniciara esa terrible operación contra nuestro único diario
en euskara, los consejeros de Interior y Justicia defendían la
detención de madrugada por parte de ertzainas armados y encapuchados
y la aplicación de la incomunicación=tortura a 9 jóvenes
abertzales, utilizando la misma argumentación del ministro de
Interior español Acebes: 1) la incomunicación es un «procedimiento
legal» imprescindible en la lucha contra el delito «organizado
de terrorismo» del que deben quedar eliminados el médico
y el abogado de confianza; 2) las denuncias de malos tratos y tortura
(36 contra la Ertzaintza en 2002) obedecen a campañas orquestadas
con fines políticos (son «parte del guión»,
en palabras de Acebes), y no son más que patrañas de los
terroristas. Aplicación «exquisita» de la legalidad,
exquisitez en el cumplimiento de lo ordenado por la Audiencia Nacional,
transparencia, escrupuloso respeto... Exquisito y sus sinónimos
son los términos con que el Gobierno Vasco intenta últimamente
tapar el hedor fascista-español que impregna su rigurosísima
y permanente aplicación contra el pueblo vasco de todas las leyes
de excepción españolas basadas en la represión,
la persecución, la incomunicación, la tortura, la cárcel
y el castigo. Es como ponerse Chanel nº 5 para estar en la cloaca.
En Euskal Herria, hoy, al Gobierno Vasco y al PNV sólo les queda
una forma de luchar por esa erradicación del maltrato psicológico
y físico (incluidas esas drogas que al parecer utiliza la tan
«profesional» Ertzaintza) por la que hoy claman alborotados:
negarse a aplicar la «legalidad» española y unirse
a la izquierda abertzale en la (re)construcción nacional. Todo
lo demás no son sino teatrales gestos para la galería.
Gara
03/03/03
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