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Frente a la provocación, (re)construcción
x Alizia Stürtze - Historiadora
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A modo de repetición actualizada del 13 de setiembre de 1936
en que los requetés ocuparon Donostia, la legión funcionarial
y mediática de Basta Ya anuncia que va a invadir las calles donostiarras
con 200.000 supuestos exiliados por el «nacionalismo étnico
asesino» y, como un mal chiste, lo hacen bajo el lema «no
al nacionalismo obligatorio», en el ante-post de la celebración
de su «Fiesta Nacional». El día 20, Falange piensa
manifestarse en Bilbao «Por la Unidad Nacional, Vascongadas siempre
España», lo que viene también a recordarnos quién
sigue mandando aquí, tras la toma de Bilbao por las tropas franquistas
en 1937 (es decir, la oligarquía española, encabezada
ahora por el Opus).
Es pura ley biológica: un fascismo no puede parir una democracia.
El talante de estas convocatorias ilustra perfectamente la estrategia
cada vez más abiertamente fascista del Estado español
contra Euskal Herria, lo que deja nuevamente patente que estamos ante
un reajuste y un reforzamiento de esa llamada «transición
democrática», que no fue sino una readecuación del
sistema de dominación y explotación, cimentada en la sangre
de la Guerra Civil y el franquismo y en un grannacionalismo español
peligroso y represivo, que busca autentificarse en un supuesto grandioso
pasado étnico que sacralice como inamovible la «unidad
de los hombres y las tierras de España».
Con Franco, Euskal Herria (que no el PNV empresarial) supo salir a
la calle y ser creativa y empezar a (re)construirse como pueblo soberano.
Desde entonces, gracias al auzolan, gracias al trabajo solidario de
miles y miles de personas fundamentalmente de la izquierda abertzale,
nos hemos ido (re)estructurando como nación con historia y con
territorio, (re)conociendo como euskaldunes por decisión propia
(que no por imposición) y como pueblo trabajador, (re)creando
como sujeto nacional con derecho a la autodeterminación y a la
desobediencia mientras éste no se nos reconozca. Desde entonces,
hemos colocado muchos y muy sólidos ladrillos en la (re)construcción
nacional y social de Euskal Herria.
En esta nueva fase, tenemos mucho y muy hermoso por seguir haciendo
desde la práctica diaria, la educación, la cultura, el
debate, el trabajo, el consumo o el ocio, para lograr convertir, como
decía Mao, nuestras cañas en lanzas y en cañas
las lanzas del fascismo español. Frente a la provocación,
frente al nacionalismo español obligatorio, Euskal Herria aurrera.
14 de octubre 2002
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