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Haika: cerebro pensante y brioso corazón sintiente
Artículo publicado por Alizia Stürtze en GARA del 1 de mayo
del 2000
Esa muga simbólica que llevan siglos imponiéndonos los estados español y francés se desmoronó definitivamente en la mente y el corazón de los 20.000 jóvenes de Ipar y de Hego Euskal Herria que durante tres días se juntaron en Kanbo para debatir de sus problemas en la que es su lengua y para participar activamente en el nacimiento de Haika, la primera organización política nacional juvenil vasca de la era moderna. Las declaraciones de profesionales de la rastrera política estatal como Mosquera, el sucio y manipulador lenguaje empleado por los medios de siempre para «informar» sobre el evento y las numerosas detenciones de los días posteriores, nos dan, por oposición, buena medida de su importancia histórica.
Yo, que sí estuve allí, puedo hablar de lo que vi. Vi una juventud creativa e idealista, rebelde y constructiva, seria y divertida, solidaria e internacionalista, respetuosa, consciente de que no es inmune a los «encantos» de la ideología individualista y consumista dominante pero consciente también de la necesidad de distanciarse críticamente de los mismos. Vi una juventud activa, que se niega a tragar los paralizantes y reaccionarios mensajes de una globalización neoliberal supuestamente imparable que nos quiere convertir en muñecos despolitizados que, «impotentes» ante la magnitud planetaria del problema, optan por dejarse anestesiar con entreguismos del tipo de «la política para los políticos» o «para qué meterse en líos si total no se puede hacer nada...» Vi a una juventud dispuesta a tomar las riendas de su destino y a colaborar en el desarrollo de una fuerza anti-sistema, en la lucha por una «globalización solidaria» alternativa a la globalización neofascista de mercado.
Pero no en base a lejanas utopías teóricas, sino construyendo espacios alternativos de participación y debate que, a través de prácticas sociales concretas, favorezcan la desobediencia, la insumisión y el conocimiento y la reactualización del pensamiento revolucionario; elaborando propuestas viables sobre vivienda o trabajo que sirvan para acumular fuerzas transformadoras; movilizando y creando conciencia política a partir de demandas y necesidades específicas y alcanzables que tengan poder visualizador y pedagógico y pongan al descubierto el autoritarismo neofascista intrínseco a la «democracia representativa»; desarrollando nuevos modos de práctica política que fomenten la participación y el espíritu de lucha y asocien la militancia no con el dogmatismo y el sufrimiento, sino con la creatividad y el placer; demostrando en su calidad de abertzales progresistas que, como decía José Martí, «patria es humanidad», es decir, solidaridad y cooperación frente al egoísmo ciego individualista y sectario del capitalismo global.
Kolectivo
La Haine
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