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Banqueros y subcontratados en hermosa armonía frente
al enemigo común
Alizia stürtze
Ante el golpe de Tejero, la izquierda española y los nacionalismos
de derechas perdieron una ocasión histórica de sacar a las bases
a la calle para luchar por una profundización de la reforma y, sin embargo,
optaron por aceptar el frenazo y la reorientación a la baja del proceso
democratizador que el tejerazo supuso. Ahora, han vuelto a cometer el mismo
gravísimo error (el que históricamente siempre cometen los partidos
ideológicamente débiles o demasiado vendidos, es decir, aquellos
que en la práctica nunca defienden lo que dicen defender) y se han decidido
a apoyar y apuntalar el nuevo y peligroso paso al frente de una derecha cada
vez más salvaje y neofascista, aun a riesgo de ceder con ello protagonismo
(y seguramente votos) al PP que se convierte así en el "gran aglutinador",
en El Partido.
Ese interclasista "el pueblo unido frente al terrorismo" que no es
sino un aggiornamiento del "antes una España roja que una España
rota" de los fascistas rebeldes del 36, es el peligroso aglutinante de
una sociedad española en plena crisis económica e ideológica,
sin valores, y abandonada a su suerte por una izquierda vendida. Tras ese eslogan,
desaparecen las clases; ya no existen ni proletariado explotado, ni parados,
ni contratados en precario, ni marginados de las grandes ciudades, ni desde
luego diferencias entre vascos y españoles (¡frente al enemigo,
todos españoles!).
Todos juntos, neofascistas y obreros en paro, banqueros y subcontratados, asesinos
del GAL y amas de casa que no llegan a fin de mes, policías rompehuelgas
y despedidos de la industria, todos en hermosa armonía frente al enemigo
común, que en este caso no es sólo ETA sino el conjunto de la
izquierda vasca. Concentraciones multitudinarias para luchar contra el gran
capital, para combatir el neoliberalismo salvaje, el paro, la gravísima
pérdida de derechos sociales y laborales, el patético servilismo
del Gobierno español ante el boss americano o, en el caso de Euskal Herria,
la muy preocupante campaña antivasca de los medios de comunicación?
¡Qué dices! El gran enemigo, el único, es la disidencia
y hacia ella hay que proyectar toda la irracionalidad, todo el odio y toda la
frustración social.
El apoyo incondicional, el cheque en blanco, dado tanto por IU como PNV y EA
al proyecto del PP de organizar el Estado de forma totalmente autoritaria y
policial, con la excusa de luchar contra la disidencia vasca, no sólo
supone su suicidio político, en cuanto que compromete gravemente su futuro
como partidos autónomos y les deja sin prácticamente margen de
maniobra, sino que debilita aún más (si es que no le da el golpe
de gracia) al movimiento obrero y al nacionalismo vasco de derechas, al hacerle
diluir su conciencia de clase o nacional en el crisol de un movimiento y una
psicología de masas de claros tintes fascistas, y les incapacita totalmente
para hacer frente a la derecha de acuerdo con sus propios intereses y objetivos,
puesto que olvida un concepto básico: que el Estado y la legalidad son
expresiones de clase e intereses sociales y nacionales concretos que, en el
caso que nos concierne, no son sino los del capital y de los jefes imperialistas
Clinton y Kohl.
A los pacifistas honrados, a los nacionalistas que aún puedan eixistir
en el PNV o en EA, a los comunistas de verdad del Estado, les recomendaría
que echen un vistazo a libros como "La psicología de masas del fascismo"
de W. Reich o "El fascismo" de E. Mandel, o algún manual sobre
la represión histórica de diferentes disidencias, como la Inquisición
contra las brujas en Euskal Herria o el Maccarthismo en EEUU. Verán los
preocupantes paralelismos.
Hay que reconocer el mal (y también los propios errores y la falta de
autocrítica interna) para combatirlo a tiempo. Aún no es tarde.
Kolectivo
La Haine
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