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Infoguerra
Alizia Stürtze
Guerra informática, guerra cibernética. Es el último juguete
de los chicos del Pentágono para mantener el liderazgo mundial. Según
la revista Time, se trata de aprovechar las "maravillas" científicas
y tecnológicas actuales para lanzar devastadores ataques informáticos
sobre la infraestructura militar y civil del enemigo, utilizando "plagas"
modernas compuestas de ratones, pantallas y teclados. Virus informáticos
que paralizan el sistema de comunicaciones del país deseado; bombas lógicas
que permanecen en estado latente hasta que se activan y empiezan a comerse la
información del banco central enemigo o de su sistema de defensa; destructores
chips introducidos en el armamento que un fabricante extranjero envía
a un país potencialmente hostil; aerosoles que, pulverizados sobre las
tropas enemigas, permiten luego, por medio de biosensores, seguirles la pista
a través de la respiración o el sudor; psy-ops, "operaciones
sicológicas" para crear estados de ánimo en la población,
interceptando (como hicieron en Irak y en Haití) las principales emisoras,
los ordenadores . . . para lanzar mensajes basados en las técnicas de
investigación de mercado, trucados incluso, como una imagen manipulada
de Saddam Hussein, bebiendo whisky y comiendo cerdo (ambos prohibidos en el
Islam) . . .
Los ejemplos de los juegos de guerra con los que se ejercitan los nuevos oficiales
cibernéticos yankis no dejan duda sobre los nuevos "enemigos".
Ya no son, claro está, los infames comunistas; ahora los enemigos a batir
en la pantalla son los tiranos fundamentalistas de Bagdad, Teherán o
Trípoli, que amenazan a algún aliado de Washington (Arabia Saudí,
por ejemplo) con algo tan antidemocrático y diabólico como obligarle
a disminuir su producción de petróleo para conseguir que suban
los precios del carburante.
Hasta aquí, nada nuevo: La ciencia y la tecnología más
sofisticadas al servicio del "boss" del siglo XX, del matón
americano. Lo que sí cambia es que, en estos tiempos de falta total de
sentido crítico, encima les damos las gracias. Estamos dispuestos a creernos
cualquier historia de maldades, peligros, locuras y matanzas de sus enemigos
políticos o económicos, y a dejar que sean presa del intervencionismo
americano. ÀPorqué sino declaramos a los serbo-bosnios culpables
de genocidio y no protestamos por los 200.000 deportados serbios de Krajina?
ÀPorqué nos callamos ante el asesino embargo iraquí o las
torturas y asesinatos de las fuerzas de seguridad argelinas contra el FIS ?
La razón es que, siguiendo mansamente las consignas de los informativos,
los hemos integrado en nuestro nuevo plantel mental de perros enemigos.
A los que seguimos queriendo abrir una vía hacia la emancipación
humana, no nos queda más remedio que intentar ver las matanzas y crueldades
con que nos obsequian en la tele con distanciamiento, desde una perspectiva
global que contemple las tendencias y los problemas generales del mundo, desde
un planteamiento intelectual y político independiente de la propaganda
mediática y de las reacciones emotivas y sentimentales que ésta
nos pueda provocar.
Kolectivo
La Haine
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