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¿Pacifismo o antiimperialismo?
x Alizia Stürtze - Historiadora
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¿Hay que entender el no a la guerra de Francia
y Alemania o PSOE-UGT-PNV-IU en clave moral y de defensa de la legalidad
internacional, como ellos argumentan? ¿Por qué ese empeño
en diferenciar entre manifestaciones «pacíficas»
contra el genocidio iraquí y «violentas» o «a
la vasca»? ¿Tienen todos los no a la guerra el mismo significado?
Cualquier análisis medianamente riguroso demuestra que este
genocidio «preventivo» de EEUU contra Irak no es sino la
profundización de la estrategia imperialista de Washington iniciada
en 1991, que visibiliza una agudización de su conflicto interimperialista
con Europa: al apuntar contra Irak, que en 2000 había cambiado
del dólar al euro para sus transacciones petroleras, Bush
quiere asestar un golpe a la UE y bloquear su constitución como
entidad política completa, dotada de una política exterior
y militar propia desde la que enfrentarse al actual liderazgo mundial
yanki en todos los dominios.
Bajo el epígrafe «globalización», llevan
años vendiéndonos la teoría de un único
imperio imperialista (el Norte) con multinacionales implantadas en todos
los continentes y cuyos intereses estarían tan imbricados que
harían impensable cualquier conflicto futuro serio entre estados
(EEUU) o grupos de estados (UE), es decir, una tercera guerra mundial
entre imperialismos enfrentados. Pero esta invasión gringa de
Irak demuestra precisamente lo contrario: EEUU y el núcleo duro
de la UE tienen dos estrategias discordantes de dominación del
planeta, lo que entraña relaciones cada vez más conflictivas
entre ambos bloques, obligados a enfrentarse en el Tercer Mundo para
conquistar o defender sus mercados.
Desde esta perspectiva, el no europeo a esta guerra imperialista y
nuestra lucha por la paz global sólo podrán ser efectivos
desde una lucha antiimperialista que exija a la UE valentía para
llevar su lógica hasta el final, lo que implicaría salirse
de la OTAN, negar ayuda a esta agresión criminal, cerrar las
bases yankis, organizar desde la ONU la defensa de Irak, e impulsar
un boicot a las marcas que financian a Bush o su industria armamentística.
Y también, por cierto, suprimir la lista de organizaciones «terroristas»,
impuesta por el imperialismo gringo en su lucha contra los movimientos
de liberación. Lista que con fervor defiende Aznar porque, además
de a ETA, incluye a grupos armados como las FARC, enemigos de multinacionales
españolas con fuertes inversiones en Latinoamérica como
Iberia, Telefónica o Repsol, interesadas en la estrategia yanki
de eliminación de toda resistencia y de todo proyecto nacional
independiente en países como Colombia, Venezuela o Argentina.
Gara
31/03/03
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