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Se busca enemigo: Oriente medio
Alizia Stürtze (Imperialismo y economía
internacional)
Ya lo dijeron los yanquis: La guerra fría ha terminado pero le han sustituido nuevos y gravísimos peligros. Uno de los más temibles, junto a la "mafia internacional", es el extremismo islámico. La intrínsecamente pacífica, estable, ordenada y superior civilización occidental enfrentada una vez más a un tercer mundo amenazador, retrógrado, irrracional, dominado por fuerzas ciegas y necesitado de contención. Hombres-bomba obnubilados por la fé, terroristas argelinos sedientos de sangre femenina, grupos extremistas que se pasean por Europa comprando armas y organizándose contra un victimizado Occidente . . . Histeria de la prensa occidental ante un satánico enemigo exterior.
Pero se oculta que el fenómeno de la violencia en Argelia o Egipto, o el fortalecimiento de Hamas, no tienen su origen en la demoníaca radicalidad intrínseca del fundamentalismo sino en la actitud de los gobiernos argelino, egipcio o israelí que, apoyados por la intervención occidental (el FLN ha recibido muchos miles de millones de dólares desde el golpe, además de modernísimo armamento), intentan tapar por la vía de la represión la crítica situación del pueblo árabe, impotente ante la dominación imperialista, el expansionismo sionista, la miseria de la gran masa y la corrupción de los políticos. Se tapa que USA no le hace ascos a llegar a un acuerdo con el FIS para extender su influencia en Argelia (y, por extensión, en el mundo árabe) a expensas de Francia y proteger de paso sus multimillonarios contratos de explotación de petróleo y de gas. Y esa desinformación (esa deformación buscada en la información) se realiza básicamente para atemorizarnos (y, de paso, "xenofobizarnos") ante la amenaza estratégica que para Occidente se dice supone una revolucion islamista universal en ciernes, cuya cabeza de puente sería una "quinta columna" desplegada en la mayoría de los estados desarrollados por un país (Irán, Sudán...) o una internacional islámica oculta.
Hay multitud de datos que demuestran que ese supuesto movimiento panislamista
que rebasa la división del mundo musulman en estados, etnias, tribus
y clases, no existe: guerra Iran-Irak; reacciones opuestas en la Guerra del
Golfo; enfrentamientos en la OPEP no por ideología sino por los precios
del petróleo; el FIS argelino o el Hamas palestino se enfrentan al FLN
o a la OLP por haber traicionado las reivindicaciones de sus luchas de liberación,
más que por la vía del Islam . . . Y, sin embargo, extrañamente,
ningún media se ha molestado en comprobar que ese islamismo supranacional
y expansionista no es más que un mito, "un espejismo geoestratégico"
montado con toda probabilidad por la necesidad superestructural del poder occidental
de fabricarse un nuevo enemigo exterior, tan convincente como lo era el comunismo,
que le dé cohesión y coherencia ideológica, que restaure
la autoridad del sistema y, de paso, justifique el mantenimiento de una economía
de guerra.
Kolectivo
La Haine
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