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¿Son los ordenadores «cosa de hombres»?
x Alizia Stürtze - Historiadora
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Dicho de otra manera, ¿son las tecnologías
de la información y la comunicación de género neutro?
¿Rompe el ciberespacio con esa relación estrecha entre
masculinidad y tecnología (de guerra, sobre todo), con esa representación
simbólica que reproduce el estereotipo sexual de la mujer como
tecnológicamente inepta, y que considera ciertas herramientas
más fálicas y propias de hombres (pistolas, llaves inglesas...)
y otras más adecuadas para mujeres (máquinas de escribir,
aspiradores...)?
Al no requerir fuerza física, los ordenadores podrían
haber sido femeninos o asexuados. Pero no ha sido así, y el ciberespacio
no ha resultado un territorio de «empoderamiento» de la
mujer, como defendían las ciberfeministas. La cultura informática
se ha contextualizado como básicamente masculina y ha reproducido
los modelos sociales preexistentes de dominio masculino. Como expresa
Liza Tsakili en "Women and New Technologies", los juegos de
ordenador pertenecen predominantemente al dominio masculino y forman
parte de una «cultura» de ocio para chicos; los hackers,
sus perseguidores y el ciberespacio, concebido como «frontera»
electrónica, territorio de conquista y exterminio, evocan a los
forajidos y a los sheriffs de la clásica narrativa de los westerns,
en la que la mujer aparece como un ser vulnerable y el hombre, en su
rol de conquistador, mantiene una relación íntima con
su máquina (su pistola/su ordenador).
Que el origen de internet sea militar tiene también que ver
con la escasa visibilidad de la mujer en el ciberespacio, que, al no
poder ser navegado más que por usuarios expertos, acaba controlado
por una ciberélite fundamentalmente masculina, que tiende a neutralizar
la participación femenina, a ignorar los temas introducidos por
las mujeres y a generar estructuras jerárquicas de debate que
deslegitiman las contribuciones de éstas.
Los datos no engañan: por un lado, el cibernauta prototípico
es hombre, blanco y con buen nivel de formación; por otro, el
mercado de trabajo informático segrega a la mujer a trabajos
generalmente de bajo perfil, rutinarios y mal pagados, que además
reproducen la tradicional división sexual.
En definitiva, en una sociedad como la contemporánea, capitalista,
patriarcal y jerarquizada en función de la raza/etnia, la nacionalidad,
la clase y el sexo, el futuro cibernético irá cortado
por el mismo patrón, por lo que las mujeres, si queremos explorar
el potencial libertador del ciberespacio, lo tendremos que plantear
en nuestros propios términos y desde nuestra diferencia.
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