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Sección de Alizia Stürtze

Universalidad no es endogamia cultural
Alizia Stürtze (Euskal Herria, valores propios y euskara)

Los que, por pura coherencia personal, hemos sobrevivido con una cierta dignidad (y sin olvidarnos de avanzar) al rojerío verbal de los 70, a aquellos que, mientras estaban ya buscando el sillón, usaban su portentosa capacidad de citar a Marx y a Lenin para llamar pequeño-burgués o reaccionario a cualquiera que defendiera el derecho del Pueblo Vasco a su lengua y su cultura, hemos aprendido, tras la perplejidad primera, que ni el "conocimiento" ni la inteligencia tienen valor sino están acompañados del sentimiento y de la ética porque, sin sentimiento y sin ética, es imposible generar un futuro de hombres y mujeres libres.

También hemos aprendido algo muy útil en esta nueva coyuntura de ataques a nuestro pueblo, tanto desde las burdas tribunas fascistas de siempre como desde la progresía intelectual española (tan sutil en sus análisis que hasta consigue explicar cómo se puede ser monárquico y republicano a la vez); y es que, quien desprecia, ridiculiza u odia sus raíces (o las de los demás), está impedido para amar, comprender y disfrutar la maravillosa diversidad humana de culturas y pueblos, es decir, para captar la verdadera universalidad, para ser eso que tanto les gusta y que queda tan elegante: "ciudadanos del mundo en la aldea global."

Universalidad no es endogamia cultural, no es esa mezcla, tan a gusto de los pensadores "progres" madrileños, de uniformidad angloamericana con algún toque europeo y cañí (flamenco, toreo y defensa de los bares de pintxos). Universalidad es comprensión y defensa de la riqueza y complejidad a que ha dado lugar el desarrollo humano en su devenir en el universo.

El famoso genetista Cavalli-Sforza, gran estudioso de nuestro pueblo, en su "Historia y Geografía de los Genes Humanos" saca una estimulante conclusión: el concepto de raza a nivel genético no tiene entidad; la diversidad existente entre individuos es infinitamente mayor a la que existe entre grupos.

Diversidad entre individuos, diversidad entre las culturas, no hay inferior, ni superior, todas iguales, pero diferentes. Esa es la riqueza de la humanidad. Y, además, todo bloque de fuerzas sociales con proyecto de cambio, de transformación, cuando se organiza como fuerza material de combate, necesita cimentar la coherencia social en base a una ideología que se suele expresar en términos "fundamentalistas" (como les gusta decir a ellos). Es lógico que el Pueblo Vasco en crisis se cohesione, entre otras cosas, en torno a sus mitos.

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