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EE.UU. :: 11/06/2022

Cumbre desangelada: críticas sostenidas no solo a EEUU sino a la OEA y al BID

CLAE / La Haine
El amplio boicot y descontento con la Cumbre de las Américas y la ausencia impuesta a países de la región dañan aun más la imagen del régimen de EEUU

El presidente de Argentina, Alberto Fernández, como presidente protémpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), integrada por 32 países de la región, criticó duramente la exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua de la novena Cumbre de las Américas en Los Ángeles, y exigió la restructuración de la Organización de Estados Americanos (OEA), removiendo de inmediato a quienes la conducen.

No fue el único: a las duras (y sorpresivas, dada su buena relación con el FMI) críticas del argentino se sumó el primer ministro de Belice, John Briceño, quien disparó contra la decisión de Biden de excluir a algunos países de la reunión hemisférica así como del persistente bloqueo a Cuba, lo que le valió que se suspenda la traducción simultánea durante su discurso. El anfitrión Biden respondió: “A pesar de algunos desacuerdos relacionados con la participación, en los asuntos sustanciales lo que escuché fue casi unidad y uniformidad”. Obviamente, no precisó a qué asuntos sustanciales ni a qué cumbre se refería.

«Seguimos reclamando por las vías diplomáticas los legítimos derechos que nos caben sobre nuestras Islas Malvinas». Fue en ese momento que Alberto Fernández frenó su discurso, dio media vuelta y señaló la omisión geográfica del logo de la Cumbre de las Américas: las Islas Malvinas no estaban incluídas en el mapa que simboliza el continente americano. El presidente argentino se quejó del “olvido” en la Cumbre de Biden y quiso dejarlo en claro. 

Fernández también rechazó la intromisión en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) dirigido por un estadounidense. “Se han apropiado de la conducción del BID, que históricamente estuvo en manos latinoamericanas”, aseveró. Destacó que es necesario un proceso de capitalización para tener más y mejores medios de financimiento en el organismo, y reclamó que la banca de desarrollo regional, sin más demoras, tiene que devolver su gobernanza a la América Latina y al Caribe.

“Definitivamente hubiéramos querido otra Cumbre de las Américas. El silencio de los ausentes nos interpela (…) el hecho de ser el país anfitrión de la cumbre no otorga la capacidad de imponer el derecho de admisión", dijo el mandatario argentino, quien destacó que se ha utilizado a la OEA como un gendarme que facilitó un golpe de Estado en Bolivia.

La OEA, si quiere ser respetada y volver a ser la plataforma política regional para la cual fue creada, debe ser reestructurada, removiendo de inmediato a quienes la conducen, demandó, sumándose a las críticas contra el secretario general, el proEEUU Luis Almagro (quien fuera nombrado para el cargo por el expresidente uruguayo Pepe Mujica), pedido que también ha planteado México.

“Desde la periferia en la que nos colocan, la América Latina y el Caribe miran con dolor el padecimiento que sobrellevan pueblos hermanos. Cuba soporta un bloqueo de más de seis décadas impuesto en los años de la ‘Guerra Fría’ y Venezuela tolera otro mientras que una pandemia que asola a la humanidad arrastra consigo millones de vidas. Con medidas de ese tipo se busca condicionar a gobiernos, pero en los hechos solo se lastima a los pueblos”, sentenció.

Fernández señaló que la intervención de Trump ante el Fondo Monetario Internacional fue decisiva para facilitar un endeudamiento insostenible en favor de un gobierno argentino en decadencia: “Lo hizo con el solo propósito de impedir lo que acabó siendo el triunfo electoral de nuestra fuerza política. Por tamaña indecencia sufre hoy todo el pueblo argentino», recordó. Pero se olvidó de mencionar que él aceptó pagar esa deuda espuria.

Otras voces

El primer ministro de Dominica, Roosevelt Skerrit, manifestó su posición clara de que el evento exigía que todos los países participaran en la discusión de los temas que enfrenta el hemisferio. “Aquellos países que quedaron fuera debieron ser invitados para que tuvieran su voz, la voz de los pueblos”, aseveró.

A su vez, pidió el cese del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por EEUU sobre Cuba por mucho tiempo y le exigió que quite a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo y subrayó la necesidad de unir a los pueblos. “El primer punto es quitar a Cuba de la lista de países promotores del terrorismo. Poner a Cuba en esa lista es risible, pero es demasiado serio para reírse”, comentó.

En su primer encuentro formal con Biden, el ultraderechista brasileño Jair Bolsonaro, un escéptico del cambio climático, se quejó de que a veces se sentían amenazados en su soberanía por la Amazonia y le aseguró que cuando tenga que dejar su gobierno lo hará de forma democrática, sin explicar qué entiende por democracia.

Ausente, pero presente

Biden se refirió veladamente a la creciente presencia de China en Latinoamérica y el Caribe: Queremos asegurarnos de que nuestros vecinos más cercanos tengan una opción real entre el desarrollo de la trampa de la deuda que se ha vuelto cada vez más común en la región, y el enfoque transparente de alta calidad para la inversión en infraestructura que ofrece avances duraderos para los trabajadores y las familias, dijo. Con lo cual no se supo si estaba hablando de China o del FMI.

Tras sostener que la participación de México en la Cumbre de las Américas es bajo protesta por excluir de la convocatoria a algunos de los países de la región, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador no concurrió. El canciller Marcelo Ebrard consideró que en el continente se requiere unidad para enfrentar el nuevo entorno económico y comercial, y China ayuda a lograr ese objetivo.

López Obrador, sin asistir, se convirtió en el verdadero personaje de la cumbre, desde que anunció su protesta por la exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua. El mandatario mexicano afirmó que existe el potencial y las condiciones para reposicionar a la región pero ¿qué es lo que hace falta entonces? Una nueva política que favorezca la unidad sin hegemonías, dijo. 

Refirió que de acuerdo con las tendencias de crecimiento económico en el mundo, la presencia de China se ha consolidado y, de continuar en los ritmos actuales, en 30 años podría controlar 70 por ciento del comercio mundial y reducir la participación de América a una proporción entre 4 y 10 por ciento.

“Pase lo que pase en el mundo, América siempre será la prioridad de EEUU”, dijo Biden, como si hiciera falta, urgido de recuperar terreno en la región para atajar la mayor presencia de China y mostrar que lidia con cuestiones continentales de alto impacto en EEUU, como la inmigración, antes de las elecciones legislativas en su país, en noviembre. 

Pero la realidad es que los sonados boicots a la cumbre, la masiva Contracumbre de los pueblos, la crisis interna del país (económica, alimentaria, política, cultural), sumados al estancamiento en el Congreso de iniciativas para invertir en América Latina, han complicado los planes de dominación de Washington, que ahora centra sus gestiones en recabar el apoyo corporativo-empresarial para sus planes.

Lo que no se dice

El descontento con la Cumbre de las Américas y la ausencia impuesta a países de la región no hacen más que dañar la imagen del régimen de EEUU, pretendida tierra de «democracia» y «libertades», donde ahora también agreden a quienes alzan su voz contra las exclusiones, sin importar su sexo o si protestan de manera pacífica.

Dos manifestantes interrumpieron el discurso inaugural de 13 minutos de Biden, con gritos desde la sala. Éste hizo una breve pausa, se rió en respuesta y prosiguió dirigiéndose a los presentes, sin prestarle más atención. La oficina de prensa de la Casa Blanca reconoció que Biden comenzó a hablar a las seis de la tarde y fue abucheado casi inmediatamente por dos de los asistentes. Periodistas presentes reportaron que los miembros del servicio de seguridad sacaron violentamente a ambos manifestantes de la sala.

A la llegada al Teatro Microsoft, sede de la ceremonia inaugural, otra manifestante fue detenida por un matón del Servicio Secreto de EEUU, al acercarse a la carabana de Biden con un altavoz. El agente usó medidas excesivas de fuerza para apartar a la mujer del tráfico e inmovilizarla (ver vídeo: https://lahaine.org/gB19).

También fue cuestionado el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken, quien habló en la Cumbre sobre los desafíos que enfrenta la prensa libre en el continente  y lo crucial que es la libertad de prensa y el combate a la desinformación para el buen funcionamiento de las democracias, palabras que muchos analistas relacionaron con la persecusión implacable a Assange. Al finalizar, un integrante del auditorio le cuestionó el apoyo de EEUU a la dictadura de Arabia Saudita.

Cabe recordar que el príncipe heredero de ese país ha sido señalado por la inteligencia estadounidense como responsable del asesinato del periodista saudita Jamal Khashoggi, crítico de la dictadura saudí, en el interior del consulado en Estambul, Turquía, en 2018.

Blinken también fue acusado por apoyar al primer ministro de Haití, Ariel Henry, que gobierna sin un Parlamento y en medio de una crisis política crónica, agravada por el asesinato del expresidente Jovenal Moise, en julio de 2021, y el accionar de pandillas criminales. El secretario de Estado se vio obligado a responder sobre Haití. No hizo comentarios, en cambio, sobre Arabia Saudita.

 

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